Un gobierno «envalentonado» presiona a los sindicatos y crece la bronca gremial

Las tensiones entre el gobierno y el sindicalismo no han hecho más que crecer desde la movilización a Plaza de Mayo del pasado martes 22 y las inmediatas represalias oficialistas. Ahora Macri amenaza con investigar las declaraciones patrimoniales de los gremialistas rebeldes, Carlos Schmid advierte que “hacen muy mal en sentirse envalentonados” luego del resultado de las PASO y Pablo Moyano pide una “reacción en las urnas” contra el gobierno.

El triunviro cegetista Carlos Schmid, quien parece representar a un sector sindical menos entusiasmado con el dialoguismo sin exigencias, consideró en declaraciones a DyN que más allá de que exista un “un núcleo importante de la sociedad que le ha dado un espaldarazo” al Gobierno en las elecciones “los problemas sociales están a la orden del día” y “las razones de la agenda social están intactas, y creo que son razones de peso para protestar”. En el mismo sentido, destacó que “los jubilados no llegan a fin de mes, hay caída del consumo y bajos salarios; se puede afirmar que uno de cada tres argentinos tampoco llega a fin de mes”. A este panorama el titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) también sumó la problemática de “la intervención de los sindicatos”, como cuestionable práctica impulsada por el gobierno.

Schmid también advirtió, apelando a un ejemplo histórico, que “el Gobierno hace muy mal en sentirse envalentonado”: “Mire, en la época de la Roma imperial, cada vez que venía un general triunfante alguien le pegaba con una rama de olivo y le decía: No te olvides que sos mortal”. A lo que agregó: “Los que están en la Casa Rosada deben recordarlo porque los dueños de la decisión, de la voluntad popular somos los que estamos fuera de esa casa. Por eso deben generar otro clima para el entendimiento”.

Pablo Moyano, secretario adjunto del poderoso gremio de camioneros, denunció que Mauricio Macri “desprecia a los trabajadores” y planteó la posibilidad de que el gobierno esté utilizando la confrontación con el sindicalismo como estrategia de campaña hacia octubre. En ese sentido, luego de asegurar que las amenazas oficiales “no asustan”, consideró: “La única manera de derrotar al Gobierno es en las urnas. Ojalá que haya una reacción de los trabajadores que la estén pasando mal y el 22 de octubre el Gobierno vea que hay una gran parte de argentinos que no comparten este modelo económico”.

Respecto de las represalias del gobierno luego de la movilización, opinó: “¿Qué es castigar? ¿Nos va a meter presos? ¿Va a cerrar los sindicatos, los va a llenar de inspecciones? Que lo haga, que no amenace. Ojalá que esa misma soberbia que tiene con los dirigentes sindicales la tengan con los empresarios”.

Desde el Gobierno continúa la ofensiva contra el gremialismo para tratar de evitar que se concrete la convocatoria al paro general luego de la reunión de Comité Confederal del 25 de septiembre. Luego de despedir a dos funcionarios vinculados al sindicalismo y quitarle nuevamente intervención directa sobre los fondos de las obras sociales sindicales, ahora la Oficina Anticorrupción (OA) analiza las vías legales para exigir que los referentes sindicales presenten sus declaraciones patrimoniales. Meses atrás, desde el Ministerio de Trabajo, también habían anticipado la posibilidad de comenzar a exigir a los gremios que respeten la paridad de género en la composición de sus direcciones, lo que podría ser excusa para nuevas intervenciones.

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