Mientras algunos senadores continúan definiendo su voto contrario a la despenalización del aborto, los defensores del proyecto de ley que llega con media sanción desde Diputados buscan estrategias para no sufrir una derrota en la Cámara alta. En estos días el jefe de la bancada peronista federal Miguel Ángel Pichetto reconoció que podrían apoyar la posición de los legisladores cordobeses, que proponen modificaciones, lo que enviaría nuevamente el proyecto a Diputados.
En el poroteo por el sí, este lunes se confirmó la adhesión del senador peronista neuquino Guillermo Pereyra, aunque “con algunas modificaciones”, mientras que esta mañana el jefe de la bancada radical, el chaqueño Ángel Rozas hizo pública su decisión de votar en contra. Así los votos del sector “celeste” sumarían 34 voluntades y mientras que por el momento los “verdes” tiene 32. Todavía quedan 4 senadores “indecisos” que serán cruciales, así como también resultarán decisivas las eventuales ausencias del próximo miércoles 8, día en que se definirá la votación. En este sentido, se especulaba con la ausencia del senador riojano Carlos Saúl Menem, que anticipó su oposición al proyecto, pero en las últimas horas parece confirmarse su presencia en el recinto.
Según Rozas, el escenario en el Senado podría terminar con un empate “similar a cuando se voto la resolución 125”, con lo que el voto decisivo quedaría en manos de la vicepresidenta Gabriela Michetti, que definió su oposición desde un primer momento.
Con el escenario que parece definirse como desfavorable al proyecto en el Senado, los defensores del No acordaron el viernes buscar un dictamen de rechazo pleno, abandonando la idea de proponer la despenalización de la mujer en caso de aborto clandestino, una solución de compromiso evaluada cuando parecía que el proyecto que venía con media sanción de Diputados podía imponerse también en la Cámara alta.
En este escenario, la presentación que realizarán el miércoles los tres senadores por Córdoba (dos del Cambiemos y uno del PJ), de un proyecto alternativo con algunas modificaciones (entre ellas propone reducir de 14 a 12 las semanas de gestación máximas para permitir un aborto y elimina el artículo 2 que establece una pena para los médicos que “obstaculizaren” una intervención), podría ser una alternativa para que el proyecto no sea derrotado en la votación en la Cámara alta y deba volver a diputados con algunos cambios. Además de Pereyra, el chaqueño Eduardo Aguilar, del bloque peronista, es otro de los que ya manifestó su adhesión a esta propuesta.
En este sentido, Pichetto reconoció: “Vamos a aceptar algunas reformas para tratar de consolidar el voto positivo y salvar la ley, por la vía de la alternativa cordobesa”. Y añadió: “Creo que si vuelve a diputados vuelve mejorado. Yo creo que no insistirían con el proyecto previo, les permitiría mayor capacidad de negociación este proyecto. Y saldría la ley. Ampliaría la mayoría. La modificación surge frente a la necesidad. Si tenemos una postura irreductible, la ley se cae. La aceptación de las modificaciones tiene que ver con obtener la mayoría”.
Para el día de la votación la Conferencia Episcopal Argentina convocó a una «Misa por la Vida», que se celebrará a las 20:00 en la Catedral de Buenos Aires, presidida por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina. El sector que defiende el proyecto presentado por la Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito convoca a otra vigilia frente al Congreso que seguramente será aún más masiva que la que se sostuvo durante la votación en Diputados.