Los investigadores del caso Facundo Astudillo Castro, el joven cuyo cadáver apareció el 15 de agosto pasado en la localidad bonaerense de General Daniel Cerri, determinaron que el geolocalizador de un patrullero secuestrado en el marco de la causa funcionaba normalmente y lo ubicó a unos 800 metros de donde fue hallado el cuerpo el pasado 8 de mayo, nueve días después de la desaparición.
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El mismo día en que comenzaba la autopsia que terminaría confirmando la identidad del cadáver, el fiscal federal Ulpiano Martínez ordenó el allanamiento de la sede de la Policía Local de Bahía Blanca y el secuestro, entre otros elementos, de un patrullero.
Se trata del Toyota Etios patente OMP782 (registro policial 20610) que hasta entonces estaba bajo la órbita de la Policía Local bahiense. Esa misma noche, el móvil fue trasladado desde la sede de esa dependencia, Pacífico 281, a la de la Policía Federal de esa ciudad del sur bonaerense, ubicada en Rondeau 139.
El patrullero fue sometido a un peritaje en busca de rastros de Facundo y uno de los perros adiestrados llamado «Yatel», del perito querellante Marcos Herrera, encontró «una turmalina de Facundo» en el baúl.
«La turmalina es una piedra que Facundo llevaba de colgante», dijo Luciano Peretto, uno de los abogados que representa a Cristina Castro.
“Fue muy determinante el perro. Yatel inspeccionó los dos habitáculos, primero el de adelante e hizo una marcación y enseguida se pasó al asiento de atrás. Literalmente casi lo destruyó, rascándolo y mordiéndolo. Luego se abrió el baúl y cuando entró se dirigió a la parte de atrás del mismo asiento. Después se enloqueció mucho y volvió, por transportación del olor, al asiento de adelante y siguió marcando”, dijo el perito Herrera a La Izquierda Diario.
La madre del joven asesinado hizo referencia además a la mochila hallada el pasado sábado por un pescador en la zona costera de General Daniel Cerri y en la cual ayer reconoció varios elementos que estaban en su interior durante una diligencia llevada a cabo en Gendarmería.
«En la mochila estaba el pantalón donde Facundo sale en la foto el día en que lo paran en Mayor Buratovich», dijo Castro al señalar además que estaba «el cepillo de dientes, la espuma de afeitar» pero que faltan «muchas cosas» de la mochila.
También Cristina Castro señaló que estaban los teléfonos celulares «que son de Facu, el Nokia que no tenía un mes de uso y el Blackberry que utilizaba antes él porque mi papá le había prestado uno».
«Estaban los dos teléfonos, el carnet de conducir, remeras que las conozco de memoria, pero faltan cosas de Facu que alguien tiene», afirmó, al indicar que «no apareció el buzo de Boca».