El Gobierno dispuso por DNU que la urbanización de las villas, una tarea del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, quede en manos de la cartera que conduce Daniel Arroyo. Mientras corrieron las versiones de que María Eugenia Bielsa pierde cada vez más peso dentro del Gabinete, desde el entorno de la rosarina hablan de que la medida fue «consensuada».
El decreto que ordenó las modificaciones fue el 77/2020 y establece que Desarrollo Social se quedó con «la ejecución de las gestiones y obras relativas a la implementación de los programas de integración socio urbanos de los Barrios Populares identificados en el Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP)».
Dichos programas estaban en manos de la Secretaría de Integración Socio Urbana, un área que maneja una funcionaria que responde a Juan Grabois, Fernanda Miño, del Movimiento de Trabajadores y Excluidos. A partir de ahora, dependerá de Arroyo.
Ante la consulta de Informe Político, desde el ministerio que lidera la ingeniera recalcaron sobre este tema que la disposición fue «consensuada» y que no hay malestar con la rosarina en el Gobierno, sino todo lo contrario.
En este marco, quienes celebraron lo sucedido fueron ciertas organizaciones sociales, que desde hace meses venían «quejándose» de la escasa celeridad para urbanizar los barrios populares en medio de una gran crisis habitacional.
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Arroyo, ante Página 12, sostuvo que la Casa Rosada piensa acelerar las tareas en las villas donde “cuatro millones de personas viven hacinadas, sin agua, sin servicios básicos, en condiciones más cercanas al siglo XIX que al XXI”.
También precisó que cuál es la finalidad anual del programa: “Tenemos el objetivo de ir urbanizando de a 400 barrios por año. Éste es un proceso de diez años, no hay manera de hacer las obras en los 4400 barrios a la vez, en el corto plazo, pero es un proceso para empezar ya”.
