Alberto y la reelección, una idea que impacta en el límite del Frente de Todos

El último resultado electoral, una ajustada derrota para el oficialismo pero que dejó una sensación de «remontada», y la marcha multitudinaria por el Día del Militante, le dieron el pie al sector referenciado con Alberto Fernández para clamar por la reelección. Un pedido que choca con los límites del Frente de Todos.

El propio entorno del Presidente alimentó la idea y no fue casualidad que desde presidencia hayan difundido este miércoles la palabra de uno de los hombres más cercanos al Jefe de Estado, Claudio Ferreño, quien ostenta la presidencia del bloque de legisladores del Frente de Todos, pidiendo un segundo mandato.

“Seguramente los próximos dos años de gobierno, en esta nueva etapa que comienza y sin pandemia, lo van a posicionar a Alberto con muchas posibilidades en el futuro”, sostuvo el legislador, que estuvo presente en la Plaza de Mayo y hoy no logra contener el beneplácito de los espacios que integran el FdT. También dijo que “Alberto tiene resto y respaldo político para pelear por una candidatura y ser reelecto en 2023. Allí estaremos”.

No fue la única expresión en ese sentido: “La reelección se ve de acá para adelante. Yo creo que el éxito que pretendemos para estos dos años que vienen en la Argentina sin pandemia seguramente lo van a posicionar al presidente con muchas posibilidades de ser reelecto”, dijo Héctor Daer, líder de la CGT, que hoy constituye uno de los brazos del Presidente en la pulseada de la coalición oficialista y vislumbra la poca sintonía que mantiene la central obrera con la titular del Senado.

Incluso, un ministro habló del tema: Aníbal Fernández, encargado de la cartera de Seguridad. Este martes durante una entrevista radial sostuvo que Alberto tiene resto político para “pelear por la reelección en 2023” y afirmó que “va a hacerlo”. Luego insistió: “Ningún resultado electoral actual tiene la capacidad de dejar fuera de juego al Presidente a futuro. Ni loco (se baja), el Presidente hizo un esfuerzo sobrehumano”.

Los movimientos sociales, como Somos Barrios de Pie, el Evita y la Corriente Clasista, no escapan a la cuestión: están convencidos de que Alberto Fernández puede continuar hasta 2027 y eso dejaron en claro en la marcha del miércoles. De hecho, luego de las primarias, fueron los primeros que impulsaron una marcha para «fortalecer» a Fernández tras la dura carta de Cristina Kirchner reclamando cambios en el rumbo económico y en el gabinete.

No obstante, desde La Cámpora guardan silencio y son varios los dirigentes de dicho espacio que prefieren no aventurar una posible candidatura presidencial del actual líder del Poder Ejecutivo en 2023, sobre todo tras las claras diferencias que existen, y se exhibieron luego de las PASO. Por otro lado, aguardan qué tipo de acuerdo se puede llevar a cabo con el FMI. En ese punto, no se puede soslayar que, mientras Martín Guzmán llevaba a cabo conversaciones con el organismo, el sector que responde a Cristina Kirchner mostró en sus redes un video para expresar que «la deuda no se va a pagar con el hambre del pueblo».

Máximo Kirchner, a su vez, justificó la pieza audiovisual: “Hoy necesitamos tiempo. Que el FMI nos explique por qué se prestó ese monto y por qué se estableció que iba a ser devuelto en los términos que implica una devolución de 18 mil millones de dólares”, apuntó el diputado del Frente de Todos. Y en esa mima línea cuestionó: ¿Por qué se pensó que la argentina podía contraer esa deuda?”.

Tras las declaraciones de Alberto sobre las PASO, siguen sumándose voces por su reelección

Por otro lado, fuentes bonaerenses reconocieron que el tema reelección estuvo presente en una cena entre Alberto y los intendentes que se produjo el miércoles por la noche. Y se deslizó que lo ideal “es que en 2023 desde el último concejal al presidente lo elijan los compañeros del FdT”, con lo cual se avala una idea que pone paños fríos a la intención del albertismo: que se produzca una gran PASO interna para definir al mejor postulante a la presidencia, algo que quedará definido por el nivel de gestión que pueda mostrar el Jefe de Estado y la dinámica propia de la alianza oficialista, un espacio en el que la palabra de Cristina Kirchner tiene un peso decisivo.

 

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