El presidente Alberto Fernández se pronunció en la polémica que atraviesa al oficialismo hace varios días, afirmando que en la Argentina actual no hay “presos políticos”. El mandatario afirmó que “le molesta” que se denuncie la existencia de dirigentes en esas condiciones y pidió “prudencia” en este debate.
Durante una entrevista radial Fernández manifestó: “Me molesta que digan que tengo presos políticos porque no los tengo”. Luego explicó que en nuestro país no hay nadie “detenido sin causa a disposición del Poder Ejecutivo”, que es la condición necesaria para que alguien sea considerado como preso político. Y añadió: “Tenemos que ser prudentes porque alguien puede llegar a pensar que nuestro gobierno está deteniendo gente sin causa”.
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El debate comenzó dentro de las propias filas del oficialismo, a partir de una afirmación del Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, que afirmó que en nuestro país no había presos políticos sino “detenidos arbitrarios”, a lo que la ministra Elizabeth Gómez Alcorta respondió afirmando que sí los hay, sobre todo tomando como ejemplo el caso de Milagro Sala. Luego se sumaron voces a favor y en contra del canciller Felipe Solá y del propio gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Ante esta interna que cruzó al Frente de Todos, Fernández consideró: “Hay que decirles a los compañeros que no sean tontos. Lo que quieren es hacernos pelear entre nosotros, dividirnos”. E insistió: “Tenemos que ser prudentes porque en el mundo escuchan lo que discutimos acá”.
“Es una discusión innecesaria porque si hay alguien que durante 4 años cuestionó las detenciones arbitrarias que la justicia impulsaba fue Alberto Fernández. Lo vengo haciendo desde 2016”, recalcó. Y recordo que en diciembre de 2016 visitó a Milagro Sala en la cárcel porque estaba convencido de que tenía que estar libre: “Dije que su detención era indebida y que los procesos muchas veces estaban enviciados por sus formas y que eso afectaba a opositores del gobierno de Macri”.
“¿Que parte no entienden? Francamente no entiendo en el lugar que me quieren poner”, recalcó, algo molesto. Y concluyó defendiendo la división de poderes y afirmando que es el Poder Judicial el que tienen que decidir respecto de los ex funcionarios detenidos: “No está en mis manos”.
