Este miércoles el presidente Alberto Fernández se mostró nuevamente en público con el Gobernador Axel Kicillof mientras avanzan los debates sobre la nueva etapa de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y reaparecen algunas tensiones derivadas de la decisión del gobierno porteño de avanzar con la flexibilización del aislamiento mientras que para provincia todavía es necesario continuar con la cuarentena dura o incluso retroceder de fase.
El lugar en donde se mostraron los titulares de los Ejecutivos fue en Campana, para la inauguración de la planta hidrotratadora de diésel (DHT) de la empresa Axion Energy, que será la primera en producir ese combustible de calidad premium en el país, lo cual permitirá dejar de importarlo desde el exterior y avanzar en el cuidado del medioambiente.
El Gobierno señaló que se trata de la inversión más grande de los últimos 30 años en el sector, que garantizará la producción de combustibles de mayor calidad y más limpios, la reducción en un 99 por ciento las emisiones de dióxido de azufre, y la comercialización de nuevos subproductos para la industria nacional.
Durante el acto, el jefe de Estado subrayó: “Para mí es un día feliz porque vamos a inaugurar una destilería que va a hacer el eurodiésel que la Argentina hoy importa, y esto es muy importante para dar funcionamiento a la economía, para darle la energía que necesita, son dólares que dejan de irse de nuestro país”.
Larreta y Kicillof se reunieron para evaluar cómo seguirá la cuarentena en el AMBA
“Yo, que soy alguien que admira mucho la inteligencia argentina, quiero destacar que esto se hizo con industriales, con empresarios, con ingenieros, con trabajadores argentinos que asumieron el desafío de hacer algo que no sé si se hizo alguna vez. Y eso habla de lo que somos capaces de hacer los argentinos cuando nos decidimos a hacerlo”, destacó.
“Es una obra enorme de gran valor para la Argentina, que va a reportarle a la economía muchísimos, buenos y mejores resultados”, dijo y pidió: “Que sea un símbolo de lo que somos capaces de hacer los argentinos aún pasando los peores momentos”.
La obra requirió una inversión de 1.500 millones de dólares y empleó a más de 4 mil personas en el desarrollo y ejecución de los trabajos, que implicaron la colocación de 30 mil toneladas de estructura y más de 750 mil pulgadas de soldadura a lo largo de 200 kilómetros de cañerías.
“Hoy tenemos la posibilidad, en plena pandemia, de inaugurar una planta que va a representar un salto más en la capacidad productiva de Argentina”, aseguró el Gobernador y señaló que el 80% de los derivados del petróleo que se hacen en el país se elaboran en la provincia de Buenos Aires. “Esta planta cierra el ciclo, convierte la materia prima en el último eslabón de la cadena de elaboración del producto”, remarcó.
Cabe destacar que el mandatario bonaerense se reunió este martes con Larreta para analizar la marcha del aislamiento obligatorio y como continuará luego de un nuevo crescendo de declaraciones críticas por parte de funcionarios bonaerenses ante la decisión porteña de avanzar con la flexibilización de actividades para la próxima semana. Desde la Ciudad de Buenos Aires evalúan autorizar el funcionamiento de más locales en las zonas menos comerciales, relajar las salidas con menores durante el fin de semana y hasta permitir la posibilidad de salidas nocturnas para correr o hacer actividad física.
En cualquier caso, todas estas decisiones se enmarcarán en la decisión que en los próximos días anunciará Fernández respecto de la forma de continuidad de la cuarentena, que la última vez fue extendida hasta el próximo 7 de julio. Según el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, “es muy difícil” que la decisión sea la del fin del aislamiento social, considerando que los contagios en el AMBA vienen creciendo y la situación sanitaria se complica con la cercanía del invierno.
Por otro lado, la decisión de Fernández y Kicillof de visitar precisamente una refinería también se enmarca en una fuerte tensión interna con los trabajadores del sector, que hace unos días denunciaron el peligro de pérdida de miles de empleos en el sector refinería por la decisión oficial de autorizar el llamado “barril criollo” a 45 dólares, un reclamo de las petroleras para que el Estado subsidie su producción ante el desplome de los precios internacionales que implica que las refinerías deberán comprar el insumo central de su producción a precios muy superiores a los del mercado.