La ex presidenta chilena Michele Bachelet, actual Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, confirmó que enviará una comisión a Chile para “examinar” las denuncias de posibles violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad desplegadas por el Gobierno de Sebastián Piñera para enfrentar la protesta social que conmociona al país desde hace una semana.
“Tras monitorear la crisis desde el comienzo, he decidido enviar una misión de verificación para examinar las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos en Chile. Parlamentarios y el Gobierno han expresado su interés en recibir una misión de @UNHumanRights”, detalló la ex presidenta en su cuenta de Twitter.
Tres días después de iniciados los incidentes, Bachelet había manifestado su preocupación por la situación en Chile y planteado al Gobierno la necesidad de “encontrar soluciones para abordar agravios”, además de urgir “a los que planean participar en las protestas a hacerlo pacíficamente”.
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Algunos días más tarde, la ex presidenta consideró “esencial que todos los actos que han provocado lesiones y muerte, tanto por parte de las autoridades como de los manifestantes, sean sometidas a investigaciones independientes, imparciales y transparentes”. La Comisionada de la ONU también reconoció la existencia de acusaciones de “uso excesivo de la fuerza por parte de algunos miembros de las fuerzas de seguridad y del Ejército”, así como las denuncias de que “a algunos detenidos se les habría denegado el acceso a abogados, tal y como es su derecho, y que otros han sido maltratados en detención”.
Constanza Schonhaut, colaboradora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (Indh), sostuvo después de una recorrida por las comunas de Santiago: “Hay violación de Derechos Humanos, todos los días, esto no es algo que parece, es algo que es, que sucede. Por eso necesitamos de la colaboración internacional, necesitamos que haya declaraciones contundentes sobre lo que está pasando en nuestro país con este virtual estado de sitio”.
Las denuncias sobre los excesos represivos se acumulan. Además del número de muertos reconocidos oficialmente, que ya se acerca a la veintena, y de numerosos casos de desapariciones, hay decenas de denuncias sobre violación a mujeres detenidas, arrestos arbitrarios de menores que son retenidos en celdas sin agua ni comida y sin permitirles contacto con sus familiares, desnudez forzada en detenciones de hombres y mujeres, torturas y todo tipo de excesos en el uso de violencia (se constató que 45 personas perdieron la vista por los perdigones de las fuerzas de seguridad, entre otros datos).
Schonhaut resume: “Creo que hay que analizarlo, porque lo que vemos es el Terrorismo de Estado en acción, ojos perdidos, lesiones de por vida, torturas… y todo lo que no sabemos porque pasa en la noche, en las comunas vulnerables, en las regiones que no cubrimos. Hay un presidente a la cabeza, sí, pero enviando al ejercito contra la protesta”.
