A poco de una semana para el comienzo de las clases, la Ciudad apostará a la utilización de centros culturales y clubes para garantizar la presencialidad. La ministra de Educación, Soledad Acuña, así lo expresó y recibió el respaldo del oficialismo en la Legislatura. Pero existen cuestionamientos por parte del Frente de Izquierda y el Frente de Todos.
Acuña precisó que se utilizarán espacios en centros culturales, clubes y bibliotecas de barrio para garantizar «que todos los chicos puedan ir todos los días al menos una jornada simple» de manera presencial a clases.
Luego, aclaró que están trabajando en facilitar la información necesaria para las familias. En este sentido, dijo que entre miércoles y jueves de la semana próxima las familias tendrán «la información específica sobre qué le toca a cada uno de sus hijos».
En diálogo con Informe Político, el legislador de Vamos Juntos Gonzalo Straface, presidente de la Comisión de Educación del parlamento, señaló que el regreso a las aulas será escalonado y que en este contexto «fue positiva» la reunión del ministro Trotta con las autoridades porteñas.
«Hay una reacción de la sociedad ante el daño que vivimos los padres del año pasado sin clases presenciales, tengo hijos en edad escolar que se vieron perjudicados en términos pedagógicos, afectivos, con sus vínculos. Hubo chicos con problemas psicológicos, con problemas de aprendizaje. Hoy tenemos un protocolo claro y seguro, que por supuesto hay que aplicarlo y ser consciente todos los días. Estamos en el camino correcto», añadió.
Sobre las condiciones de las escuelas, el diputado afirmó que en esta vuelta escalonada «hay 900 edificios escolares y lo que dice el protocolo es que tiene que existir distanciamiento social, ventilación, uso de tapa bocas y medidas de higiene, con la formación de burbujas. Lo que pasa es que hay edificios antiguos, las llamadas escuelas herradura, que no tienen la vinculación adecuada. En este caso, se propone la utilización de centros culturales, clubes de barrio, bibliotecas, si los integrantes de un grado exceden el número que indica el protocolo. La idea es utilizar todos los espacios de la escuela y espacios externos y cercanos al colegio».
«Supongamos que un grado tenga 30 chicos y se tenga que partir en dos burbujas de 15, con el agregado de que esa escuela no tenga espacio alternativo para garantizar la burbuja: en ese caso, la idea es que se pueda utilizar otro espacio cercano en el barrio, como pasan con los chicos de sexto, séptimo, primer año de secundaria, que tienen actividades en contraturno. Ya están acostumbrados los alumnos y las escuelas a estos espacios. Son casos puntuales, con colegios de aulas pequeñas y que no tienen ventilación», detalló.
Y aseveró: «Por supuesto que esto está en comunicación entre la supervisión y el ministerio para la aplicación correcta del protocolo. Y aclaro que en todo el mundo se ha demostrado que las escuelas y chicos no son focos de contagio. Cuando se cerraron colegios no ha sido porque el rebrote fue ha sido dentro del colegio, todo lo contrario: se han cerrado escuelas ante un rebrote en general, como pasó en Europa y Estados Unidos. Tenemos una oportunidad, porque haciendo las cosas bien y con cuidado, las escuelas son un lugar seguro, con el compromiso de todos los actores Ojalá que cuando estén vacunados los docentes tengamos una presencialidad plena».
Por otro lado, Strafacce indicó que son varios los empleados de portería, encargados del acondicionamiento de los establecimiento educativos, que están exceptuados de tareas por ser personal de riesgo pero que se fueron cubriendo para que las escuelas el 17 «estén en condiciones de abrir según el cronograma establecido».
Distinta mirada ofreció la legisladora del FIT Alejandrina Barry, quien le señaló a IP que la habilitación de los clubes y centros culturales para las clases es una medida «insuficiente y poco aclarada, que no toma en cuenta el gran problema, que no se reflejó en la conferencia de prensa entre Trotta y Acuña, que tiene que ver con las serias denuncias que están haciendo desde la comunidad educativa».
Acto seguido, determinó que estas acusaciones tienen que ver con «las condiciones en la que están las escuelas, donde no hay garantías para cuidar la salud de los pibes y pibas y los trabajadores de la educación. Lo que se necesitan son recursos y no discursos. El gran problema es que hay una campaña contra los docentes, dicen que no quieren trabajar, cuando siempre han puesto el cuerpo, dando clases virtuales. Ellos son los que realmente quieren cuidar la salud de todos. Estas medidas son insuficientes, tanto a nivel nacional como en Ciudad no se ha invertido un centavo en acondicionar los colegios para un retorno seguro».
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También dio su visión sobre este tema la diputada del Frente de Todos María Bielli, quien consideró «necesario que las decisiones vinculadas a la nueva presencialidad se basen en criterios objetivos pautados por las autoridades educativas en lugar de trasladar dicha responsabilidad a los directivos de las escuelas. Es una cuestión de competencias”, dijo.
Mas adelante, agregó: “La ministra Soledad Acuña solo emite recomendaciones vagas y superfluas, se requiere un trabajo serio donde los responsables de infraestructura escolar sean quienes construyen criterios objetivos de regreso a una presencialidad cuidada”.