Con algunas coincidencias, Rusia y Ucrania avanzaron en una posible salida al conflicto que recrudece

La reunión que se efectuó en Gómel, en la frontera entre Ucrania y Bielorussia, dejó al gobierno ucraniano pidiendo el retiro de las tropas y a los rusos reclamando la desmilitarización y el reconocimiento de Crimea. Esta madrugada, de todos modos, la ofensiva rusa continuó en Jarkov, la segunda ciudad de Ucrania. Desde Moscú se aseguró que continuarán los ataques «hasta lograr los objetivos».

“Algunos puntos” que podrían derivar en futuros acuerdos en torno a la crisis en la exrepública soviética y que se seguirán debatiendo en una “segunda ronda”, por ahora sin fecha, fueron las conclusiones a las que arribaron los representantes de los gobiernos de Ucrania y Rusia.

Diplomáticos de ambos países se sentaron por espacio de unas 6 horas alrededor de la mesa dispuesta para las conversaciones en el puesto de control Alexandrovka-Vilcha, en la frontera entre ese país y Ucrania. Era el el quinto día de la invasión de tropas rusas a suelo ucraniano.

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El jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinski, dijo que se identificaron “algunos puntos sobre los que es posible hallar un terreno común» y el titular de la oficina presidencial ucraniana Mijaíl Podoliak resaltó que se detectó “una serie de temas prioritarios sobre los que se han perfilado determinadas decisiones».

Quedó claro que habrá una segunda reunión, que se supo será en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

«Las delegaciones de Ucrania y Rusia realizaron la primera ronda de negociaciones que tenían como principal objetivo debatir los temas de alto el fuego y cese de hostilidades en el territorio de Ucrania», dijo Podoliak ante la prensa.

«Pueden sentirse en total seguridad; es nuestra sagrada responsabilidad», había declarado a las delegaciones el jefe de la diplomacia bielorrusa, Vladimir Makei.

Ucrania exige un alto al fuego y la retirada de las tropas rusas y el presidente Volodimir Zelenski había reclamado, en redes sociales, que los rusos «depongan las armas» y «salven sus vidas».

Vladimir Putin dialogó por teléfono con su par francés, Emmanuel Macron, ante quien parece haber expuesto las pretensiones de Moscú para las negociaciones: el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y la desmilitarización, la «desnazificación» de Ucrania y la promesa de un estatuto de país neutro.

En un comunicado de la Presidencia, Putin subrayó que la resolución del conflicto «era posible solo si los intereses de seguridad legítimos de Rusia eran tomados en cuenta sin condición». Con todo, dejó en claro que “la parte rusa está abierta a negociaciones con representantes de Ucrania y espera que llevarán a los resultados esperados».

Esta reunión bilateral implicó descartar, por el momento, dos ofertas de mediación: la del Papa Francisco, que el jueves llevó la propuesta a la embajada de Rusia en El Vaticano, y la del primer ministro de Israel, Naftali Bennett, que ofreció sus servicios en una conversación telefónica con Putin.

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