La Confederación General del Trabajo (CGT) repudió públicamente “los hechos violentos y vandálicos” ocurridos este lunes en la sede central de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y manifiestó su “reconocimiento y respaldo” a la conducción de Roberto Fernández. Por otro lado, el cuerpo de delegados de la línea 60 también criticó el incidente, denunciándolo como “el intento de un grupo empresario por apropiarse de nuestra herramienta gremial”.
Ante el violento intento de ocupación de la sede de la UTA por un grupo opositor a la conducción de Fernández, liderado por Miguel Ángel Bustinduy, la central obrera respaldó a las autoridades “formal y legítimamente constituidas que actualmente ejercen la conducción de la mencionada organización sindical confederada”.
Luego añadieron: “Rechazamos la intrusión de grupos violentos en la sede de la UTA , la destrucción del patrimonio de todos los trabajadores y la puesta en riesgo de la integridad física de los allí presentes frente a la pasividad de los organismos judiciales y policiales de la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, nos solidarizamos con el Cro. Roberto Fernández y con toda la Comisión Directiva de la UTA, víctimas de la violencia irracional de quienes pretenden arrasar con la institucionalidad del sindicato”.
La CGT ratificó que “respeta la autodeterminación de todas y cada uno de las organizaciones sindicales confederadas y la voluntad de sus trabajadores pero destaca que la única manera reconocida y válida para expresar las diferencias internas es a través de los organismos deliberativos que enriquecen a las instituciones y afianzan la democracia interna”. Y añadió que “las peleas entre trabajadores y las divisiones en los sindicatos solo favorecen el poder de las empresas”.
Moyano desmintió estar detrás del ataque a la sede de la UTA
Desde el cuerpo de delegados de la línea 60 denunciaron que los incidentes en la sede de UTA constituyen “el intento de un grupo empresario por apropiarse de nuestra herramienta gremial”. Específicamente, denunciaron que Bustinduy, “quien fuera aliado de Roberto Fernández, opera hoy bajo los intereses directos del grupo DOTA, liderado por la familia Faija”.
Y agregaron: “Los delegados de la Línea 60 hemos demostrado, a través de los años, una posición crítica contra la actual conducción de la UTA. Sin embargo, entendemos que estos hechos, que lejos están de los intereses de los trabajadores, se corresponden con el interés del grupo DOTA de expandir su poderío”.
Al respecto, explicaron que el Grupo DOTA, al que calificaron de “monopólico”, recurrió a la figura de Bustinduy para “intentar quedarse con nuestro sindicato”. “La toma del edificio gremial es una expresión de la falta de política obrera, por parte de Fernández, y de los intereses empresarios que intentan controlar bajo su órbita los negocios del transporte y negociar los derechos de los trabajadores”, añadieron.
Luego de repudiar el intento de ocupación el sindicato, los delegados se volvieron a pronunciar contra el desguace y los despidos en el sector y a favor del “resguardo de los puestos laborales, por la recomposición salarial correspondiente y por la libertad para que elijamos a nuestros representantes sin injerencia de las patronales”. En ese sentido, propusieron un programa de recuperación gremial que avance hacia un estatuto sin prescripciones que garantice la libre participación y democracia sindical, y la realización de un plenario general de delegados y asambleas de base, en la perspectiva de “un transporte público en función de los intereses de usuarixs y trabajadorxs”