El sector carrocero de larga y media distancia, nucleados en Cámara de Carroceros de Ómnibus de Larga Distancia (CALADI), informaron una brusca caída en la demanda y “una crisis generalizada”, producto de “la competencia desleal de aerolíneas low-cost subsidiadas” y “la importación descontrolada de carrocerías desde Brasil”, lo que llevó al sector a una crisis terminal que recuerda a la que atravesó en los años 90 y pone en riesgo más de 3.000 puestos de trabajo.
“La situación es crítica, las fábricas se encuentran trabajando al 20% de su capacidad instalada y con suspensiones de turnos para hacer frente a la caída en la demanda de carrocerías por parte de las empresas de transporte”, informaron en un comunicado.
La crisis se produce, además de la caída de la demanda generalizada por la recesión que está transitando el país, por tres motivos, según detalla CALADI.
“La caída de la demanda de pasajes terrestres (que no cuentan con subsidios) en contrapartida con la aparición de las aerolíneas los cost (que sí tienen subsidios del gobierno, tanto nacional como provinciales), lo que genera una desigualdad de competencia en el transporte de media y larga distancia, en detrimento para el terrestre, hoy inmerso en una crisis general”, remarcan.
“La ausencia de créditos a las empresas para que cumplan con el 10% de renovación de su flota que deberían realizar anualmente”, sostienen desde la entidad.
“El ingreso de carrocerías brasileñas -similares a las que se fabrican en nuestro país- sin ninguna regulación. Y lo que resulta aun más paradójico y contradictorio, sí se impide la importación de carrocerías urbanas protegiendo a ese sector y dejando de lado al que compone la CALADI”, agregran.
Desde la CALADI se resalta la altísima inversión realizada durante los últimos años en el polo productivo del Gran Rosario, sede de histórica de las carrocerías de ómnibus, para el desarrollo de nuevos productos, aumentar la capacidad instalada y la calidad de los productos nacionales con la incorporación de tecnología y nuevos puestos de trabajo que llegó a duplicar la plantilla de trabajadores. Asimismo, la cámara explica que las carroceras a las que nuclea sufren un brusco freno desde hace tres meses, durante el cual trataron de «sostener la situación», pero que ahora “se volvió crítica”.
“Para salir de esta situación que pone en riesgo más de 3.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, las empresas afectadas proponen reconvertir el sistema de transporte terrestre de manera tal que puedan encontrarse en igualdad de condiciones para competir con las nuevas compañías aéreas y de esa manera reactivar la actividad. Para ellos es necesario crear una línea de créditos blandos para que las empresas puedan comprar buses exclusivamente compuestos por carrocerías nacionales, algo con que el gobierno nacional aplicó hace pocos días sólo a las empresas de transporte urbano. Hasta superar esta crisis también se debería suspender la entrada de carrocerías importadas (cada una que ingresa se traduce en 16 puestos de trabajo menos por mes), mientras que habría que generar programas como el Repro o similares que ayuden a las fábricas a mantener el personal y evitar los despidos que no sólo marcan la problemática industrial sino que desembocan en una crisis social. Por último, sería de vital importancia la creación de un modelo de apoyo financiero estructural a la industria como el que posee Brasil mediante el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES)”, remarcan el comunicado.