Crisis política en Italia: Conte le pide la confianza al Parlamento 

Si se googlea “crisis de gobierno en Italia” pueden encontrarse resultados que se repiten en loop y con frecuencia en los últimos tiempos. Pareciera que en el país europeo constantemente se habla de crisis política. Como si eso fuera poco, ahora se suma también una hecatombe sanitaria. La Covid encontró a Italia siendo uno de los estados más rápidamente afectados durante la primera ola, con una alta tasa de mortalidad que la convirtió en el epicentro del Viejo Continente. 

Si bien tras un lockdown generalizado fue posible aplanar la curva y luego llegar a menos de 100 casos diarios durante el verano, los contagios volvieron a dispararse – en especial- a mediados de noviembre y más tarde para las fiestas. 

En lo que al la gestión de la pandemia respecta, actualmente Italia está divida en zonas segùn colores: rojo, naranja y amarillo, yendo de mayor a menor estado de gravedad. Además -desde el último anuncio del Gobierno- hay también una zona blanca que es donde la vida más se asemeja a la antigua “normalidad”.

La cosa funciona así: desde el Palazzo Chigi se publican los DPCM -que en Argentina vendrían a ser una especie de decretos-, en los que se anuncian medidas para contener al virus y que tienen vigencia semanal o mensual, pudiendo ser modificados según sea el caso.

Entre otras críticas a la gestión de Giuseppe Conte, una de las más fuertes se relaciona con su forma de encarar la pandemia. Muchos italianos aseguran que el Primer Ministro no tomó los debidos recaudos durante la temporada estival, aprovechando la baja tasa de infectados y subestimando -a su vez- la posible segunda ola.

En lo que a la crisis con la que se recibió el 2021 respecta, todas las miradas apuntan a Mateo Renzi, el líder del partido Italia Viva. Lo que sucede es que, basándose en la pandemia, Renzi corrió del poder a dos mandatarias que políticamente estaban bajo su órbita. Se trata de las ahora ex ministras Teresa Bellanova y Elena Bonetti. Esto inmediatamente se tradujo en la pérdida de la mayoría parlamentaria para Giosueppe Conte y -al mismo tiempo- en lo que muchos catalogan como “la decisión de abrir una crisis de Gobierno”.

Al explicar los motivos que lo llevaron a tomar ese rumbo, el propio Renzi aduce que responde a la negativa del oficialismo a la activación del MES sanitario, -que significa Mecanismo Europeo de Estabilidad, y que en este momento iría destinado a paliar las consecuencias de esta ya mencionada segunda ola-. 

Más allá de esto, en su última aparición en la televisión nacional el líder de Italia VIva se desligó de toda culpa y afirmó «nunca pensamos que el objetivo fuera correr del poder a Conte”. 

 

Voto de Confianza y lo que viene después

 

Esta es una semana clave para el presidente del Consejo de Ministros, en especial entre hoy y el martes. «Hay una crisis en curso», aseguró el propio Conte al ser interceptado por un medio italiano, admitiendo, a su vez, que «la situación no es nada sencilla». Es que le toca afrontar un Voto de Confianza ante el Parlamento.

Pero, ¿qué es el VDC? Se trata de un mecanismo que tienen muchos de los sistemas parlamentarios mundiales por el cual se otorga primero y luego se garantiza el mantenimiento de las mayorías en las respectivas cámaras. Según cómo sea utilizado  brinda también la posibilidad de cambiar al gobierno de turno sin desestabilizar las democracias. En Italia el “Voto di Fiducia” se rige bajo el artículo 94 de la Constitución Nacional. 

Pero volviendo a la situación actual, lo que sucede es que si Conte no logra recuperar la mayoría debería dimitir. Si ese fuese finalmente el escenario real, entraría en juego el presidente de la República Sergio Mattarella, encargado de formar un nuevo gobierno y designar al sucesor de Conte. Para sumar un condimento más, desde su lugar de oposición, la centroderecha instaló la idea de elecciones anticipadas; otro de los posibles caminos a seguir. 

Durante lo que resta del lunes Conte se enfrenta a la Cámara de Diputados, que puede otorgarle la confianza, absoluta o relativa. Según se dice, esta sería su batalla más sencilla. 

Mañana, por su parte, la contienda es en el Senado, donde los resultados no son todavía tan claros. Necesita conseguir nada más y nada menos que 18 votos.

 

Inestabilidad y cambios

Italia se rige bajo un sistema parlamentario, con un jefe de Estado y un jefe de Gobierno, cuyas funciones son más o menos las mismas que las de sus pares en el resto del mundo. Más simbólicas las del primero y más ejecutivas las del segundo. Lo que hace la gran diferencia, convirtiendo por momentos al sistema italiano en uno frágil que parecería estar en constante crisis, es la fragmentación partidaria. Italia tiene muchos partidos chicos. Es decir que para poder formar un gobierno que alcance la mayoría se deban crear coaliciones. Estas muchas veces no son homogéneas políticamente y -por lo tanto- no tienen un consenso lineal.

El gobierno de Giuseppe Conte es el sexagésimo sexto desde mediados de los años 40, siendo el Primer Ministro número 29 desde ese entonces. El parlamento en su conjunto actualmente se compone por el Movimento 5 Stelle (M5S), Trasversalismo; la Lega, de derecha; el Partito Democratico (PD), de centro izquierda; Forza Italia (FI) de Centro derecha; Fratelli d’Italia (FdI), de derecha e Italia Viva (IV) de Centro. Paradójicamente a este partido, que es el minoritario, se le adjudica la responsabilidad de que Conte perdiera su mayoría.

«Pido un apoyo sólido, transparente y sobre la convicción de adhesión a este proyecto político. Ayúdenos a dejar atrás lo más rápido posible este gesto de irresponsabilidad», vociferó Conté al iniciar la jornada. 

 

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