Con la aparición de los cuadernos originales del ex chófer de Rubén Baratta, la causa en la que se indagan posibles sobornos en la obra pública durante el kirchnerismo podrían caer. Así lo aseguró el abogado de Cristina Kirchner, Gregorio Dalbón.
El profesional de las leyes fue entrevistado por Radio Cooperativa y cuestionó que en este expediente “quisieron involucrarla a Cristina”. “Fue la última causa que intentó el lawfare y fue la causa que destapó la olla de comprobar fehacientemente que había una guerra jurídica de los medios, el Poder Judicial y el poder político”, opinó.
Por otro lado, expresó que «hace mucho tiempo dije que los cuadernos estaban, nunca entendí por qué los guardaban. Pero ahora, intentando hilar por qué hicieron algo así, es por la nulidad, por si algo salía mal».
En este marco, mencionó que «si un hombre que dice que tenía los cuadernos originales, que los quemó en una parrilla, que está en la declaración en la causa, y la causa se hace por esa declaración… ahora todo cae. Porque la causa se inicia a través de una mentira ¿Qué va a decir Centeno ahora? ¿Qué no los quemó?».
“Esto no va a llegar a juicio, pero, en el caso de que se alcance esa instancia, los empresarios van a decir que no se cumplieron con los requisitos formales del arrepentimiento. Eso va a hacer que pidan la nulidad de sus declaraciones y decir que lo hicieron en virtud de aprietes o extorsiones alrededor del estilo Stornelli”, completó.
Vale destacar que el miércoles por la noche, y a través de una persona anónima, le fueron entregados al periodista de La Nación Diego Cabot los presuntos cuadernos originales, que permitieron avanzar con una serie de causas contra ex funcionarios del kirchnerismo. Quien los redactó, Oscar Centeno, quien fue incorporado al Sistema de Protección de Testigos, admitió en el expediente que los “pudo haber quemado en la parrilla de su casa”.
Ahora, a horas del inicio de la veda, el mismo periodista que los fotocopió, entregó los supuestos originales al fiscal Carlos Stornelli, a quien le aseguró que los recibió de manera “anónima en un local situado a unas 15 cuadras de la redacción del diario”.
