El Partido Socialista Auténtico, quien en un congreso partidario decidió respaldar la candidatura porteña del presidente de San Lorenzo, terminó dentro del frente «Consenso Federal», que impulsa las candidaturas de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey.
En su último congreso partidario, el socialismo auténtico resolvió apoyar la precandidatura de Matías Lammens a la jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando el titular de la institución de Boedo fue lavagnista por unas semanas.
Necesitado de la estructura jurídica de un partido con personería, el presidente de San Lorenzo no dudó en cerrar filas con los ex aliados marxistas de Martín Loustou, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer.
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Luego de intentar sumarse sin éxito, a principios de siglo, a la reunificación del Partido Socialista, acompañaron la aventura presidencial de Pino Solanas en 2007, y sus postulaciones a diputado nacional, en 2009, y a jefe de Gobierno, dos años después. Dicho acuerdo le sirvió para colocar diputados en la Legislatura porteña, tales los casos del médico Jorge Selser, Adrián Camps y la docente Virginia González Gass.
Ya en 2013, el PSA eligió correrse al centro, para participar de la alianza UNEN, cuyas máximas figuras eran los actuales aliados del presidente, Mauricio Macri, Elisa Carrió, Alfonso Prat Gay y Rodolfo Terragno, además de Loustou y Solanas. Para las presidenciales
de 2015 respaldó el intento presidencial de Stolbizer y la apuesta porteña de Loustou y la UCR de Enrique “Coti” Nosiglia y el ex jefe de Gabinete de Fernando De la Rua, Chrystian Colombo.
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En las legislativas 2017, tras un intento por apoyar al ex ministro cristinista en la ciudad y al acuerdo Massa – Stolbizer en provincia, debió conformarse con ir con listas propias. En Capital obtuvo el 0,3 por ciento de los votos, por lo que no pudo perforar el piso necesario para acceder a las generales.
En esta ocasión, el PSA pasó de tener como candidato a Lammens, a quedarse en el Frente que abandonó rápido de reflejos el mandatario azulgrana, cuando el espacio de Roberto Lavagna comenzó a desinflarse. Los socialistas auténticos tienen otros tiempos.
