El gobierno porteño no oculta su malestar con el ministerio de Educación de la Nación por no habilitar las clases presenciales y lanzó «tareas de revinculación» para los chicos sin conectividad, que no tuvieron tiempo de tener contacto la educación durante el aislamiento obligatorio.
Desde el Gobierno de la Ciudad indicaron que no son clases formales, solo “tareas sociales ya que no hay docentes ni tareas educativas y a los chicos que necesitan se les da una computadora”. Y encararon esta acción ante el temor de que se multiplique el abandono del colegio.
Por otro lado, en estricto off, critican al ministro de Educación Nicolás Trotta por su falta de definición para la vuelta a las aulas en espacios públicos «condicionado por los gremios docentes», que ya anticiparon que no están dadas las condiciones para el regreso a clases al aire libre.
De hecho, Ángelica Graciano, Secretaria General de Ute Ctera, sostuvo ante esta actividad que puso en marcha el Ejecutivo que “Larreta y Acuña le faltan el respeto a toda la comunidad educativa. Están haciendo un simulacro de clases presenciales en Parque Patricios con personal administrativo del ministerio y sin distancia social”. “Ustedes piensan que el personal administrativo de la ciudad puede representar lo que siente un estudiante, sentado en medio de una cancha de basket, bajo el rayo de sol, mientras sus compañeros descansan en sus casas? Claramente no”, declaró.
Los estudiantes que perdieron contacto con las escuelas durante la pandemia
fueron convocados para recibir una netbook.
Cuando llegaron, los sentaron bajo el rayo del sol y en un pupitre colocado sobre el cemento.
Una especie de profesor les enseñaba a usar la computadora. pic.twitter.com/HMj04erzY1— Mauricio Polchi (@MauriElbueno) October 7, 2020
Para el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, es vital que el vínculo presencial con la escuela para miles de alumnos: «Seguiremos insistiendo intensamente en buscar la forma, acordar las metodologías, pero sabemos perfectamente bien que grupos de niños de 8 o 9 personas en un espacio abierto con reglas y normas puestas por un adulto son escenarios extremadamente más seguros de lo que seguramente está ocurriendo con ese niño en el día a día en su entorno familiar y barrial», dijo Quirós.
Y luego agregó: «Cada día que pasa es un nuevo daño y para algunos niños ese día es un daño irreparable».