Máximo Kirchner y Azel Kicillof están dispuestos a redoblar la apuesta en su enfrentamiento con un objetivo de mínima por lo menos: el control de la lapicera de cara a 2025. Cada uno, con sus armas y con dirigentes que están dispuestos a pelear hasta el final en pos de la renovación del peronismo y crecen los cuestionamientos hacia un minitro del mandatario.
El acto del diputado naciona generó impacto en las fillas del mandatario bonaerense y se prepara una respuesta: un plenario en Mar Chiquita en la cual estén representados todos lo intendentes y los sectores del pernismo que le responden. La idea es que se produzca un tipo de eventos de este estilo por sección electoral y cada 15 días.
Dispuestos a todo o nada, el kicillofismo alienta la confrontación al máximo. De hecho, cuenta con uno rganizador directo, el ministro de Trabajo, Walter Correa, quien se despegó del kirchnerismo y hoy trabaja codo a codo en la construcción política y territorial del gobernador. Hay un hecho que desde el PJ tiran sobre la mesa para ilustrar el grado de compromiso que tiene el funcionario: mientras Máximo Kirchner hablaba en el Club Atenas a solo unas cuadras de la Casa de Gobierno, el funcionario mandaba invitaciones para el nuevo penario.
Correa se reunió en su tierra, Moreno, con integrantes del Ateneo Néstor Kirchner y de La Patria es el Otro, la organización de Andrés «Cuervo» Larroque. Según informó el propio funcionario, fue «para avanzar en la planificación de un plenario regional en la zona Oeste del conurbano bonaerense». Para el ministro, esa cita será «en un marco de unidad, y en defensa del pueblo de la Provincia y de la gestión del gobernador Kicillof».
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En La Cámpora, no salen de su asombro por los movimientos de Correa, a quien tildan de «traidor» ya que logró una banca de diputado nacional hace uns años por la decisión de Cristina Kirchner y hoy está «en otra sintonía». “Si los que fueron señalados por el dedo de Cristina se quejan, ¿qué nos queda a los que no hemos sido señalados y seguimos haciendo todo lo que tenemos que hacer?”, se preguntó el líder de La Cámpora en su última aparición.
El hijo de Cristina Kirchner quiere continuar diagramando los destinos del espacio y delimitar las aspiraciones electorales de Axel Kicillof. Sin posibilidad, aún, de medir las consecuencias de estas rispideces, la figura del Gobernador no logra erigirse como líder natural del peronismo en tanto no pueda contener al resto de los caciques que reniegan de él. Una pelea abierta y con final totalmente incierto.