Cerca del mediodía de este miércoles Axel Kicillof asumió formalmente como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, lo mismo que su vice Vernónica Magario, ante la Asamblea Legislativa Bonaerense. El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner participaron del acto en la Cámara de Diputados provincial, ubicada en la Ciudad de La Plata.
En su primer discurso como mandatario, trazó un duro diagnóstico del estado de las cuentas bonaerenses, criticó a la gestión de Vidal y advirtió que el endeudamiento es severo. Pero dejó en claro que «empieza una etapa diferente».
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Para los primeros meses de gestión, Kicillof adelantó que trabaja en un “plan de urgencias” con el objetivo de reactivar la economía, teniendo en cuenta el rojo fiscal de 70 mil millones de pesos que deja la ex gobernadora María Eugenia Vidal.
Aseguró que su objetivo es «reconstruir» la provincia de Buenos Aires y «recuperar los derechos perdidos». «Hoy es el primer día de una etapa diferente», manifestó. Luego, cuestionó el modelo económico que aplicó Mauricio Macri. Anticipó que difundirá una «radiografía» sobre el estado en que recibe la administración bonaerense, con múltiples datos de la economía.
«Se habló de que dejaban una caja de 25 mil millones de pesos. Pero el problema no es cuánto queda en la caja, sino las necesidades que hay que atender con lo que queda en la caja. Y esa cifra no alcanza ni para los próximos 30 días», advirtió.
Para Kicillof, la provincia de Buenos Aires «perdió» autonomía fiscal durante el mandato de Vidal. «Depende más de recursos que vienen de Nación, que de los propios», aseveró. Y alertó sobre el deuda de la provincia: «La cuestión de la deuda también es muy preocupante. Pasó de 9300 millones de dólares a ser de 12.300 millones de dólares. Esta provincia no recauda en dólares. La deuda en pesos se quintuplicó».
También habló sobre el impacto de la crisis económica en Buenos Aires: «Subió la cantidad de niños que asisten a comedores escolares. Alcanza el 40%. Y el 63% de las niñas y niños del conurbano se encuentra por debajo de la línea de pobreza».
«Se frenaron muchos pagos, y eso se nota en la obra pública», aseguró. Además apuntó contra las compañías energéticas: «Si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es tarifa, es saqueo».
Criticó el «marketing político» de la gestión de Cambiemos y acusó a su antecesora de «negar» los problemas de Buenos Aires. «La sociedad y el pueblo de la provincia no quiere persecuciones y un Estado ausente, acusador, que culpa a las víctimas de la situación económica», enfatizó.»El resultado de las elecciones expresa malestar y rechazo. Tiene que ver con una situación económica durísima. Pero no sólo eso, sino también un rechazo a una política económica y a una lógica de gobierno», puntualizó.
Kicillof consideró que las palabras de Fernández ante la Asamblea Legislativa «empezaron a señalar un nuevo horizonte de reparación y esperanza». El mandatario afirmó que buscará «transformar» la provincia. «No pretendo ser el gobernador de un espacio político, sino de todos», apuntó.
Además, comentó que la mayoría de los bonaerenses pretenden que Buenos Aires «vuelva a ser una provincia productiva y no especulativa, solidaria y no egoísta». «Que tenga un Estado presente, cercano», expresó.
La Plaza San Martín, frente a la sede legislativa, se convirtió en un punto de concentración popular para festejar la asunción del nuevo gobernador bonaerense. Se espera que después de recibir los atributos de mando de manos Vidal y de dar su discurso ante la Asamblea, Kicillof también salga a dirigirse directamente a los manifestantes presentes.