Pablo Moyano, secretario general de la CGT, compartió una foto con Máximo Kirchner, en medio de la grieta oficial, y suma tensión en la central obrera, cuyo sector mayoritario, «los gordos», defienden sin restricciones las políticas de Alberto Fernández.
Moyano, con sus modos, trata de ser consecuente con lo que dijo en aquel Congreso CGT que marcó la reunificación del colectivo sindical: «La CGT no puede ser apéndice de ningún gobierno, hay que defender a los trabajadores», en un claro contraste con Daer y compañía, que en esa jornada se encolumnaron atrás del Gobierno.
A partir de ese día, el camionero trazó su propia agenda y no consensuó ningún movimiento con sus pares. Ni siquiera la comunicación, pese a los intentos que existieron por parte de «los gordos». Hay un motivo: cuando los Moyano estuvieron apremiados por distintas causas judiciales, bajo la gestión Mauricio Macri, la CGT «no sacó ni un comunicado denunciando la situación, la persecución, eso no lo perdonamos», esgrimen desde el moyanismo.
Por eso Moyano no dudó en marchar contra la Corte, sin el respaldo del sector mayoritario de la central, y salió a la calle a protestar contra Carla Vizzotti y Claudio Moroni, dos ministros del riñón albertista, por la falta de cobertura de ART a tratamientos por Coronavirus. Tratamientos costosos que tuvieron que ser absorbidos por las obras sociales gremiales, en serias dificultades. Desde Casa Rosada, agregaron que muchas están quebradas y por eso los sindicalistas imploran por fondos «de manera desesperada».
El líder Camionero hasta prometió una convocatoria a Plaza de Mayo en contra del Gobierno sino existían solución, algo que fue desactivado con celeridad tras una promesa y gestión de Alberto Fernández.
El acuerdo con el Fondo sirvió para aumentar la división en la CGT. Daer y Acuña, hoy totalmente alineados a Alberto Fernández, lo defendieron públicamente, en la cámara de Diputados, y luego públicamente. Moyano, no obstante, decidió no ir a la comisión para hablar del entendimiento. Al ritmo de las especulaciones por su ausencia, el dirigente de Independiente aclaró que no había otra opción que avanzar en un pacto pero advirtió: «si hay ajuste o reforma laboral, vamos a ir a las calles».
Comunicado y foto con MK
Para seguir marcando diferencias con el sector predominante de Azopardo, el hijo de Hugo tuvo dos gestos, que no cayeron bien en «los gordos». Uno, fue el comunicado con críticas al pacto con el Fondo y el nuevo tributo para pagar compromisos. Un texto que lleva la firma de Moyano, dirigentes de su confianza, las dos CTA y Sergio Palazzo; que se titula “Paz, pan y trabajo: que la deuda no la paguen los de abajo”, en el cual cuestionan el acuerdo firmado con el organismo porque “conlleva en términos de pérdida de soberanía sobre nuestras políticas económicas, fiscales y cambiarias”.
“Ante cualquier ajuste nos convocaremos nuevamente a las calles, a lo largo y a lo ancho de nuestra Patria reclamando por lo que se comprometieron: salarios y jubilaciones por encima de la inflación, ningún tipo de reforma laboral ni previsional, las tarifas de los servicios públicas deben ser razonablemente accesibles para el trabajador”, plantea el comunicado.
En concreto, los gremios señalan que “deben ser los sectores más pudientes de nuestra sociedad” quienes paguen la deuda y para ello proponen “que la Ley 27.605/21 se prorrogue y sea un aporte solidario extensivo de las grandes fortunas mientras dure el endeudamiento con el FMI”.
“Que paguen los cien agentes que sabemos que fugaron 24.679 millones de dólares y que los organismos de control fijen la mirada e investiguen a quienes tienen activos no declarados en el exterior y que paguen los que tienen que pagar”, sumaron.
Y, para cerrar la jornada de miércoles, Moyano tuvo la visita, con foto incluida, de Máximo Kirchner, para dejar bien en claro qué posición tiene en medio de la división del Frente de Todos y qué rumo adoptaron Héctor Daer y Carlos Acuña, dos dirigentes que jamás comulgaron con el kirchnerismo. La gran incógnita pasa por saber cuanto tiempo podrá resistir la CGT en esta situación: sin agenda concreta, sacando comunicados de vez en cuando y con referentes sindicales con posiciones totalmente alejadas, que solo los une el espanto a Mauricio Macri.