La ex esposa del fallecido fiscal Alberto Nisma le envió un escrito al juez Julián Ercolini para renunciar a la querella, planteando que recibió amenazas por el caso y que prefiere “priorizar la paz y espiritualidad del grupo familiar”.
“La presente decisión se impone, a esta altura ya impostergable, ante la necesidad de adoptar medidas tendientes a garantizar la protección y salvaguarda del núcleo familiar de quien en vida fuera Natalio Alberto Nisman. Ello atendiendo al impacto emocional causado por el hecho objeto de la investigación cuyas secuelas persisten al día de hoy”, detalló Arroyo Salgado.
La viuda del fiscal de la causa AMIA, encontrado muerto en su departamento el 18 de enero de 2015, también hizo referencia “al apremio de reconstruir en actual coyuntura el proyecto de vida personal familiar y profesional resquebrajado”, buscando “sobreponer la vida, salud, seguridad y bienestar de la familia postergados en pos del esclarecimiento de aquella muerte, cuyas singulares circunstancias demandaron inconmensurable esfuerzo y sacrificio que fue más allá del curso natural de las cosas”.
En el escrito enviado a Ercolini también aludió, sin brindar detalles, al “escenario de amenazas previas y posteriores al hecho y recurrentes al día de la fecha, a cuyo esclarecimiento no se ha llegado aún, pero que dados sus términos, el impacto político institucional del caso a nivel local e internacional y los posibles actores del juego, han generado un estado de situación que me imponen priorizar la paz y espiritualidad del grupo familiar”.
En su nota aclaró que el desistimiento a la querella “no implica renunciar a los derechos que la ley acuerda a las víctimas en el proceso penal”. Hoy el único procesado en la investigación es el informático Diego Lagomarsino, considerado por la Justicia como “partícipe necesario” de la muerte del fiscal por haberle entregado el arma de la que salió el disparo fatal.