Mientras se acerca la fecha de vencimiento de la cuarentena obligatoria y el Gobierno nacional define si aplica una extensión más, particularmente en las regiones del país más densamente pobladas, el Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se reunió con el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro y y la secretaria Legal y Técnica de Presidencia Vilma Ibarra, para analizar las perspectivas concretas de la nueva etapa de aislamiento social en la Ciudad de Buenos Aires. En un tramo del encuentro, el gobernador bonaerense Axel Kicillof se sumó a la reunión por videollamada.
El ministro de Salud de porteño Fernán Quirós, acompañó a Rodríguez Larreta a la reunión en Casa Rosada, en el marco de los encuentros regulares entre Nación y Ciudad para coordinar acciones conjuntas con el fin de contener los efectos de la epidemia. Durante el encuentro, los funcionarios avanzaron en la agenda común en la que vienen trabajando, principalmente evaluando la situación en la zona metropolitana en lo referido al tránsito, transporte público, circulación de personas y actividades exceptuadas.
Según había anticipado este martes el vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli, Rodríguez Larreta presentó una propuesta respecto de las medidas para CABA. “La Ciudad va a proponer mantener la cuarentena estricta con una paulatina apertura regida por protocolos, ya que los números de la última semana reflejan una cierta estabilidad de la curva, de forma errática, pero pareja al fin. Esta apertura va a estar siempre sujeta a dos comportamientos que estaremos siguiendo y evaluando rigurosamente día a día para tomar decisiones todas las semanas”, explicaron desde el entorno de Rodríguez Larreta.
En la Ciudad la cuarentena podría flexibilizarse en tanto se constate que la población actúa de manera responsable, manteniendo los protocolos y el distanciamiento social, aclarando también que ante un mínimo empeoramiento de la curva de contagios se volvería a la cuarentena total.
En cuanto a los rubros que podrían comenzar a flexibilizarse, se habla de la construcción, en obras privadas con ciertas características, y de la actividad de algunos comercios, incorporando la modalidad “take away” o “para llevar” desde la puerta de los locales, sin atención directa al público en los salones.
En simultáneo, el Gobierno porteño ratificó su voluntad de seguir profundizando la atención sobre los adultos mayores, que son el mayor grupo de riesgo, para quienes no se evalúa flexibilizar los permisos de circulación; el cuidado de los 482 geriátricos habilitados (particularmente después del escándalo del de Belgrano donde se registraron 23 contagios y cuatro muertes); la atención a los barrios vulnerables de la Ciudad, donde crecieron fuerte los casos en los últimos días; el testeo sobre trabajadores de la salud y el fortalecimiento del sistema sanitario local en general.
En los próximos días el presidente Fernández evaluará cómo se implementará la nueva etapa de la cuarentena, que anticipó que debe ir “flexibilizándose” pero sin poner en riesgo la salud de la población, habilitando irreflexivamente actividades que puedan implicar fuentes de contagio masivo.