Las tensiones que se vienen dando en este último tiempo en el Frente de Todos comenzaron a tener consecuencias también en el sector gremial. Ahora la interna estalló en la UOM, donde el «albertismo» de Antonio Caló, debe enfrentar una rebelión del kirchnerismo que busca desplazarlo.
Caló, más cerca que nunca del Presidente, busca cerrar filas con el interior de cara a la elección de la nueva conducción de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El kirchnerismo, por su parte, si hace un recuento de electores, ubicaría a un leal en la Secretaría General como lo es Abel Furlán. De esta manera, se espera que se conforme una lista de unidad con el que tenga más votos a la cabeza.
La UOM es uno de los gremios más emblemáticos de la Argentina y de los más poderosos del sector industrial y elegirá este martes a su nueva conducción por los próximos 4 años.
Los comicios, a través de un colegio electoral, serán el correlato de las elecciones que a principios de marzo se realizaron en las 54 seccionales que el gremio tiene a lo largo y a lo ancho del país. En ese sentido, quienes se presentarán estará, por supuesto, Antonio Caló, actual Secretario General del gremio desde 2004 y candidato natural a la reelección. Es un albertista declarado, es el titular de la seccional Capital, que en marzo retuvo con lista única. Por ese triunfo se convirtió en el dueño de 24 de los, algo menos, de 290 electores que hoy estarán en condiciones de votar.
Alrededor de Caló en los últimos días estuvieron llamando insistentemente a los seccionales del interior del país para tratar de asegurarse el acompañamiento. Se espera que en gran medida pueda conseguir los sufragios de los dirigentes de Córdoba, Santa Fe, Mendoza y varias otras provincias que son incondicionales. Pero lo cierto es que se le escaparon varias grandes.
Segun indicó InfoGremiales, varias de las seccionales disconformes con la conducción empezaron a delinear la posibilidad de presentar un candidato alternativo. Ese podría ser el ex diputado nacional y hombre leal del kirchnerismo bonaerense, Abel Furlan.
Mientras tanto, desde el kichnerismo, empezaron a testear voluntades y encontraron a varios dispuestos a avanzar. Con respecto a ello, el resultado todavía es incierto porque al tener un número tan finito de electoral, el poroteo previo dará con gran precisión el panorama de hasta dónde puede llegar la rebelión, lo cierto es que la ruptura del tridente de poder conformado por Capital, Avellaneda y Rosario abrió un juego que nadie sabe cómo termina.
Por otro lado, en los comicios de marzo hay un descontento con las bases con la conducción. Asimismo, reclaman por el deterioro salarial, pero también por los innumerables problemas por los que transitan los afiliados para lograr cualquier tratamiento sencillo en la Obra Social sindical. Municipios enteros en los que se hace imposible conseguir un turno para cualquier prestación médica, entre otras cosas.
Lo que también es notorio, es el crecimiento del kirchnerismo en la UOM ya que es un gremio que vivió años de expansión del empleo hasta 2015, donde una gran cantidad de trabajadores jóvenes accedió a su primer empleo y sufrió fuerte las consecuencias del cambio de modelo económico. Se le factura a Caló su cordial relación con Macri en momentos en los que se perdían miles de puestos de trabajo.
Todos coinciden que es improbable que haya, finalmente, dos listas en competencia. Con los números claros se negociará con los derrotados la integración de una sola nómina. Nadie va a ir a perder y quedarse fuera de la conducción en un gremio en el que el manejo de recursos está fuertemente centralizado y se depende demasiado de los dirigentes nacionales para que las seccionales puedan funcionar.
Las miradas para la resolución de este diferendo se posan sobre el otro liderazgo fuerte de la actividad: Naldo Brunelli. Un hombre que tiene su lugar asegurado, de buena relación con la gestión de Axel Kicillof, recientemente electo diputado provincial y que tiene capacidad de influencia como para ser el pacificador ante un posible cimbronazo.