El lunes la ex presidenta y actual vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, declarará, según adelantó su propio abogado Carlos Beraldi, en la causa conocida como “Vialidad Nacional” en donde se la acusa de ser la jefa de una asociación ilícita que utlizó la obra pública para enriquecerse. Esa causa forma parte del triángulo de investigaciones judiciales en donde Fernández de Kirchner se encuentra más complicada. Las otras dos son “Hotesur y Los Sauces” por un lado y “Cuadernos por el otro”.
En “Vialidad¨ y “Cuadernos” se juzga si Fernández de Kirchner, recibió dinero de forma ilegal mediante el pago de sobreprecios y sobornos. En el expediente restante, ¨Hotesur” y “Los Sauces” se sostiene que habría sido la forma en la que habrían blanqueado ese dinero mediante alquileres de cuartos de hotel y propiedades.
La preocupación de la vicepresidenta electa por estas tres causas es mayúscula al punto tal que el propio presidente electo, Alberto Fernández, se encargó de remarcar en varias declaraciones a la prensa que algunos jueces van a tener que ser responsables por “las barrabasadas¨ que escribieron en los últimos años. Las negociaciones del kirchnerismo a principio de año hicieron que casi no se llegue al juicio en la causa Vialidad.
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Un recurso de la defensa de Fernández de Kirchner en la Corte Suprema generó un fuerte revuelo judicial. El máximo tribunal del país le solicitó al Tribunal Oral Federal (TOF) 2, que es el encargado de llevar adelante el juicio, que le envíe el expediente para su análisis. La sombra de la articulación del presidente electo con la Corte siempre estuvo presente. Días antes se había conocido una encuesta de Isonomia que daba a la ex presidenta nueve puntos arriba del presidente Mauricio Macri en una hipotética segunda vuelta.
Un cruce dentro del TOF 2 evitó que el juicio se suspenda, la Corte tuvo que dar marcha atrás y conformarse con tener la copia digital del expediente y Fernández de Kirchner tuvo que sentarse luego en el banquillo. El sábado siguiente fue el anuncio de la candidatura presidencial de Fernández. “No se puede hacer campaña si el candidato está con tantos frentes judiciales abiertos y en el banquillo de los acusados¨, sostenían, y reafirman, en ese entonces en el Frente de Todos.
Antes de la victoria electoral de octubre los más cercanos a Alberto Fernández empezaron a prestar especial atención a lo que sucedía en Comodoro Py con esos tres expedientes. No porque tuvieran un interés particular en que se resuelvan rápido los planteos y que los tribunales federales giren al ritmo del cambio político. Sino todo lo contrario; apostaban a que continúen.
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“Alberto va a necesitar una vía de contención para tener a raya a Cristina por cualquier cosa”, remarcó uno de los dirigentes de mayor pasado con el presidente electo antes de que comenzaran las charlas por las designaciones en el Gabinete cuando Fernández apostaba a consolidar su poder con sus aliados en las provincias y en especial los gobernadores peronistas.
El panorama cambió después de la llegada de Fernández de Kirchner de Cuba, a donde fue a visitar a su hija Florencia que se encuentra en la isla bajo un tratamiento médico.
