Después del banderazo que este domingo reunió a algunos miles de manifestantes en el Obelisco porteño y otras ciudades del país para protestar contra el Gobierno de Alberto Fernández, el ex presidente Mauricio Macri reapareció en una entrevista televisiva para reivindicar la movilización, criticar la gestión oficial de la epidemia de coronavirus y tratar de despegarse de las múltiples causas que involucran a su gobierno en casos de espionaje ilegal por medio de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Consideró que la protesta, a la que definió como “espontánea e independiente”, demuestra “la decisión del pueblo argentino de salir adelante” y agregó: “Yo lo interpreto como siendo pesimista por lo que vendrá en los próximos meses, podemos ser optimista por lo que vendrá más adelante”. En cuanto a las razones de la oposición de un sector de la población al Gobierno, consideró que entre las principales se ubican “el atropello a la justicia y a la cultura del trabajo”.
Respecto de las medidas de aislamiento social para reducir los riesgos de contagio, afirmó que “esta cuarentena eterna fue muy dañina ha afectado a nuestra libertad”. Y añadió: “Desde el primer día dije que había que tener un equilibrio, para cuidar la salud mental y la salud laboral de gente”.
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“Hay un avance sistemático sobre la justicia. La vicepresidenta, que está conduciendo el poder como todos pensábamos, tiene una agenda propia y necesita someter a la Justicia. Por eso, estamos con la gente en la calle apoyando a la independencia de los jueces. La gente está muy angustiada, por su trabajo, por el futuro, los jóvenes se quieren ir del país, y eso es muy triste”, sostuvo también.
Durante la entrevista aprovechó para cargar contra la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: “El peronismo está secuestrado por Cristina Fernández de Kirchner hace más de 10 años y eso hace que esté cooptado por la irracionalidad. Si el peronismo no resuelve el tema la irracionalidad, es difícil sentarse en un mesa y acordar”. Luego intentó ejemplificar con una confusa comparación de la ex presidenta con Diego Maradona, a quien afirma haber tenido que echar por su “irracionalidad” cuando se hizo cargo de Boca.
“Necesitamos racionalidad en el peronismo como fue con el segundo (Juan Domingo) Perón, como Carlos Menem o Eduardo Duhalde. No propiciaban tomas de terrenos ni liberación de presos”, detalló, afirmando que el peronismo tiene el “desafío” de separarse de Cristina.
Respecto de las numerosas causas que sobre espionaje desde la AFI que tramitan en distintos juzgados federales, aseguró que desde su Gobierno “nunca existió una orden de hacer ningún tipo de espionaje”. Al tiempo, criticó al juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Auge y a la fiscal Cecilia Incardona, que llevan adelante una de las investigaciones, y defendió a su secretario privado Darío Nieto, a quien los fiscales consideran como el nexo entre el ex presidente y los informes ilegales de inteligencia producidos por la AFI.
En cuanto al balance de su mandato, sostuvo: “Uno puede cometer errores como lo hizo mi gobierno en materia económica, pero siempre alentamos el respeto por nuestras instituciones, la transparencia. Sin un Presidente que defienda la Constitución no hay futuro. El resto se puede ir corrigiendo. Mi primera tarea como Presidente de la Nación fue defender la Constitución. Es lo que se hace para contener los atropellos en el poder y lo que la gente reclamó hoy”.
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Luego reconoció que los problemas del final de su gobierno se debieron a que comenzaron a tener una “actitud defensiva”. Y agregó: “Tuvimos que vetar varias leyes porque eran contraproducentes para el país, hostilidad creciente, sequía, problemas de financiación por el conflicto Trump y los chinos. El modo defensivo me llevó a perder la capacidad de escuchar, a dejar de visitar a la gente en su casa, en su trabajo, y eso nos fue como apabullando y dejé de explicar por qué estaba pasando cada cosa que estaba pasando. Esa combinación hizo que una parte importante de la sociedad dijera ‘esto no va’”.
En ese sentido, también responsabilizó, sin nombrarlos, a dirigentes como Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, en quienes “delegó” equivocadamente las negociaciones políticas: “Yo la delegué en mi ala más política con filoperonistas tanto en la Cámara de Diputados y los gobernadores; yo tendría que haber puesto el foco ahí porque claramente se jugaba mucho en la Argentina en poder convencer”.
Por último, el ex presidente relativizó las posibilidades de una candidatura propia en 2021, afirmando por un lado que “no es tiempo de candidaturas” y, por otro, que “no se ve” como candidato en las elecciones legislativas del año próximo. La señal también apunta a buscar recomponer la alianza opositora Juntos por el Cambio (JxC), claramente fracturada entre los sectores más duros y los dialoguistas.