Mientras los casos de coronavirus continúan aumentando con celeridad, un sondeo publicado por Datafolha reveló que un 59% de brasileños no quieren que Bolsonaro de un paso al costado en estas circunstancias.
El sondeo, que fue elaborado por entre el 1 y el 3 de abril, da cuenta que el 37% aceptaría la dimisión del líder del Planalto y el 4% no se decantó por ninguna opción. El margen de error era de tres puntos porcentuales.
La renuncia de Bolsonaro por su gestión del coronavirus tiene más apoyo entre los jóvenes (44%), las mujeres (42%), y ciudadanos que sólo tienen estudios primarios (40%). Las personas con ingresos mensuales superiores a 10 salarios mínimos representan el 37% de los encuestados que apoyan la partida del mandatario.
Entre los que rechazan la renuncia del presidente, los que ganan entre 5 y 10 salarios mínimos representan el 69%, seguidos por los hombres (65%) y los que ganan entre 2 y 5 salarios mínimos (64%).
A su vez, crece el porcentaje de personas encuestadas que califican de «mala» o «terrible» la gestión del Ejecutivo frente a la pandemia: un 39% de los entrevistados, frente al 33% del mes anterior.
Vale destacar que la cifra de muertos en Brasil se elevó de 359 a 431, mientras que los casos confirmados subieron de 9.056 a 10.278. Gobernadores coincidieron en decretar un aislamiento obligatorio para evitar contagios pero el jefe de Estado los criticó duramente y pidió que los ciudadanos rompan la cuarentena. Incluso lanzó una campaña que busca que la economía no se frene.
Bolsonaro llama a los ciudadanos a romper la cuarentena dictada en algunos estados de Brasil
En el cuestionado aviso publicitario del oficialismo un locutor sostiene: “Por los casi 40 millones de autónomos Brasil no puede parar, por los ambulantes, ingenieros, profesores, Brasil no puede parar, por las empleadas domésticas, Brasil no puede parar”. Y continúa: “Para que las empresas no tengan que despedir empleados, para que todos vivan con calidad de vida, Brasil definitivamente no puede parar”.
En esta gravísima tensión entre el Gobierno federal y los gobiernos locales, el ex presidente Inacio “Lula” Da Silva denunció: “En Brasil el gobierno sigue jugando con la vida de millones de personas”. El Partido de los Trabajadores incluso promueve una acción judicial para impedir la difusión de los spots del gobierno, por considerar que contradicen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud e implican un peligro para la salud pública.