El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata condenó este miércoles a prisión perpetua al represor Miguel Etchecolatz por los secuestros, torturas y crímenes cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en la Brigada San Justo durante la última dictadura militar.
Se trata de la octava condena a perpetua que recibe Etchecolatz por su participación en delitos de lesa humanidad y el represor siguió el veredicto desde el penal de Campo de Mayo, donde se encuentra detenido por otras causas.
Para escuchar la pena, se puso de pie y se pudo observar un cartel que se había colgado del cuello con la leyenda: «Señor Jesús, si me condenan es por seguir tu causa».
La causa, en la que terminó condenado el represor, indagó las privaciones ilegítimas de la libertad, agravada por torturas, homicidio y abuso sexual en perjuicio de 84 víctimas que estuvieron cautivas durante la dictadura en el centro clandestino que funcionó en la Brigada San Justo.
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En el proceso oral y público de esta investigación estuvieron imputados miembros del Ejército, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y civiles que integraron el gobierno bonaerense durante los años del terrorismo de Estado.