La relación con Bolivia se tensó en los últimos días en torno a un debate vinculado con la salud pública. Esta mañana Marcos Peña respaldó la decisión del gobernador jujeño Gerardo Morales de comenzar a cobrarle a los ciudadanos bolivianos por la atención en el sistema de hospitales de la provincia. Por su parte, el gobierno del país andino rechazó la propuesta argentina de firmar un “convenio de reciprocidad” para la atención gratuita de ciudadanos argentinos en los nosocomios bolivianos.
Durante la conferencia posterior al primer Encuentro Regional del Norte, que se desarrolla en Salta, donde se anunció la segunda etapa del Plan Belgrano, el jefe de Gabinete Marcos Peña apoyó públicamente la propuesta de la provincia de Jujuy de empezar a cobrar por la atención médica a extranjeros y propuso que el tema se discuta en el Congreso nacional. Peña consideró que la posición del gobernador Morales fue “algo justo” y “muy valiente”, pero pidió que el planteo “no se asocie con actitudes xenófobas o discriminatorias”. “Solo hay que ver qué pasa con cualquier argentino que va al exterior y se tiene que atender en el sistema de salud de ese país”, insistió. Luego recordó: “Argentina reclama hace tiempo la reciprocidad; en la ciudad de Buenos Aires hace rato se da este debate. No hay muchos ejemplos en el mundo de una cuestión de gratuidad”.
En medio de la polémica, desde el Gobierno recordaron que en octubre del año pasado la Embajada argentina en Bolivia había hecho llegar al Ministerio de Relaciones Exteriores del país hermano un proyecto de acuerdo “en atención a los principios de reciprocidad internacional” por el que se solicitaba que se otorgue a los ciudadanos argentinos “los mismos beneficios otorgados a los ciudadanos bolivianos”: “Se propone la suscripción de un convenio con el objeto de alcanzar una relación común y equitativa en materia de asistencia médica brindada en hospitales públicos en caso de urgencias y emergencias que afecten a nacionales de una Parte que se encuentren en territorio de la otra sin ser residentes permanentes en el mismo y no dispongan de medios económicos suficientes para sufragar los gastos derivados de la atención médica otorgada”.
El texto, con la firma del embajador argentino Normando Álvarez García, motivó una respuesta negativa por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Evo Morales. La nota 001633, fechada este 8 de febrero, explica que según la legislación boliviana “no corresponde” la firma de un acuerdo de esas características ya que según las leyes del país andino sólo se provee asistencia médica gratuita a “mujeres embarazadas desde el inicio de la gestación hasta seis meses posteriores al parto, niños y niñas menores de cinco años, mujeres y hombres a partir de los sesenta años, mujeres en edad fértil sólo para atenciones relacionadas con salud sexual y reproductiva y personas con discapacidad”.
En la conferencia de prensa de la mañana de este martes, con la presencia del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, el gobernador Morales explicó que la propuesta de cobrar un bono por la atención médica a los extranjeros no residentes surgió “cuando se organizó el operativo por la visita del Papa Francisco a Chile”: “Tenemos muy buena relación con los hermanos chilenos, bolivianos, soy nieto de bolivianos y lamento que haya algunas reacciones xenófobas. Pero por ejemplo en Chile hay que pagar el seguro obligatorio de accidentes personales a extranjeros”. En ese sentido, detalló: “A partir de este análisis pensamos con los funcionarios del área de Salud en un coseguro para cobrarle la prestación a extranjeros, en base a la reciprocidad, para garantizar el principio de igualdad. No logramos tener un convenio con los países limítrofes y con otros países… si cuando vas a Europa o Estados Unidos te arrancan la cabeza”.
Marcos Peña insistió en que el Gobierno “vería con buenos ojos que se debata en el Congreso” la generalización de este mecanismo para todos los hospitales públicos del país.