Ayer terminó de estallar la crisis que venía incubándose hace meses en el Smata, que por medio de un comunicado confirmó su distancia respecto de Florencio Randazzo, desautorizó al diputado Oscar Romero, ratificó su despegue del MASA y dejó abierta la puerta para una confluencia con Unidad Ciudadana.
Este miércoles el Consejo Directivo Nacional del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) liderado por Ricardo Pignanelli emitió un comunicado de prensa con el que pretende despegarse de “trascendidos” que vinculan a su corriente sindical tanto con “el espacio político que lidera el Cro. Randazzo” (por el ex ministro de Transporte Florencio Randazzo, referente de Cumplir) como, “mucho menos”, con el diputado Oscar Romero (integrante del Bloque Justicialista de Diego Bossio), quien “incurre en un grave error” cuando permite que se lo identifique como representante del Smata en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), corriente sindical liderada por el taxista Omar Viviani.
El comunicado aprovecha para aclarar que el Smata no sólo no pertenece al MASA sino que tampoco integra la CGT u “otro espacio sindical” (de hecho, el gremio de los mecánicos dejó hace tiempo de aportar su cuota sindical a la CGT). Sin embargo, aclara que esta definición no implica que se consideren “independientes” ya que pertenecen al Movimiento Nacional de Unidad Automotriz, Lista Verde, por lo que tienen “convicciones claras y objetivos trazados”.
Esta serie de definiciones no sólo explicita una sangría más del proyecto político de Randazzo sino que también implica una toma de distancia respecto del Gobierno nacional, que hasta el momento consideraba a Pignanelli como un dirigente “aliado”. En ese sentido, el texto define: “Los gobiernos pasan y las instituciones queda, no fuimos aplaudidores antes y no somos obsecuentes ahora”. Y agrega, intentando despegar la figura del secretario General de Smata del reciente acto en el que se lo vio junto al presidente Macri inaugurando un sanatorio del sindicato en Mataderos (acto en el que Macri fue abucheado y Pignanelli debió salir en su defensa), que negocia “con el gobierno de turno” para “hallar soluciones a los problemas de la industria, sin anteponer el qué dirán de una foto al bienestar de los trabajadores, sin perder la esencia peronista y honrando esa doctrina”.
Más allá de la ratificación de la salida del Smata del MASA, el eje del comunicado tiene que ver con desautorizar al diputado Oscar Romero. Romero, que asumió su banca con el Frente para la Victoria en 2013, luego fue parte de la ruptura encabezada por Bossio, fue elegido como presidente del nuevo bloque y acabó aliándose al espacio político conducido por Randazzo. Actualmente busca su reelección presentándose como cuarto candidato a diputado en las listas de Cumplir. Romero continúa intentando presentarse como referente del gremio, a pesar de que en junio fue separado de su cargo de secretario de Relaciones Institucionales del gremio, luego de haber acompañado al presidente Macri en uno de sus viajes a Europa y haber sido parte de un escandaloso viaje al Vaticano con otros referentes peronistas, presuntamente financiado por Emilio Monzó.
Aunque el comunicado no lo plantea explícitamente, se presume que el reacomodamiento gremial responde al nuevo escenario político posterior a las PASO en las que, luego del estruendoso fallido de Randazzo, el Smata podría ir volviendo a la órbita política de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con quien en su momento estuvieron íntimamente relacionados.