Suecia admitió errores en la estrategia que llevó a cabo para enfrentar el Coronavirus ya que no aplicó una cuarentena estricta, apelando a la responsabilidad social y en pos de «proteger» la economía, y terminó con miles de muertes y una fuerte caída de la producción.
El epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública, Anders Tegnell, confesó que “si nos enfrentásemos a la misma enfermedad sabiendo lo que sabemos hoy, creo que acabaríamos haciendo algo a medio camino entre lo que Suecia hizo y lo que hizo el resto del mundo”.
Y añadió que “Suecia es uno de los pocos países que fue cerrando más y más, el resto empezó con mucho a la vez. El problema es que no se sabe qué medidas tienen más efecto, probablemente lo sabremos cuando empecemos a levantarlas”. Actualmente, el país nórdico cuenta con 38.589 casos y 4.468 muertos, con una tasa de 43,2 fallecidos por 100.000 habitantes.
Paralelamente, tiene una caída de la economía gravísima: se trata de su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, con un PIB que se desplomará un 7% en 2020. Semejante fracaso hizo que el primer ministro, Stefan Lofven, prometa públicamente que habría una investigación sobre la gestión de la crisis antes del verano.
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En la Argentina, mientras tanto, algunos sectores y hasta dirigentes políticos piden constantemente levantar el aislamiento obligatorio pensando en la economía, sin tomar en consideración la situación del país nórdico que no solo no cuidó las vidas de sus habitantes sino que tampoco la economía al no aplicar una cuarentena restrictiva.