Luego de que la vicedirectora, Sandra Calamano, y el auxiliar docente, Rubén Rodríguez, perdieran la vida en la trágica explosión de una garrafa en la Escuela Nº 49, Nicolás Avellaneda, de Moreno Provincia de Buenos Aires, se supo que Calamano había pedido que se suspendan las clases por problemas en el suministro de gas.
«Hace tres años que Sandra denuncia la fuga y cada vez está peor”, denunció la madre de una alumna, mientras que Fabiana, vecina de la escuela y madre de un exalumno, afirmó, en diálogo con La Nación que «Todo lo que es seguridad anda mal. Supuestamente iban a tirar la escuela abajo para construir una nueva, pero le lavaron la cara. Los pozos de baño están repletos, no hay cloacas, no hay gas natural, no hay luz común”
«Sandra era muy humana, te faltaba algo y te daba, no tenías para pagar la cooperadora y te dejaba ir igual. Cambió la estructura de la escuela, hizo abrir un nuevo grado para que ingresaran más chicos. Era una mujer increíble. Hacía muchos años que estaba en el colegio», agregó sobre la mujer de 48 años que murió hoy.