Alberto y Wado, cuando hablan los silencios y pesan las obligaciones

La semana de tensiones con intermediarios que hablaron por ellos, tuvo al Presidente y al ministro del Interior como puntas de lanza de lo que por ahora es apenas una usina de rumores. El escenario electoral como objetivo.

 

Los dos son abogados y saben que Obligaciones es una materia muy importante en la cursada de la carrera. Pero en estos tiempos, con máximas responsabilidades desde el punto de vista político, ambos entienden que esa palabra adquiere otra dimensión, que va más allá de lo que se enseña en la Facultad de Derecho.

Alberto y Wado están obligados por las circunstancias a actuar del modo en que lo están haciendo, al margen de las valoraciones subjetivas, inclusive las no requeridas y menos importantes como las palabras de este cronista.

Gracias Aptra: Wado con Luis Barrionuevo y Guillermo Montenegro

El enojo del que la política habla por estas horas, y que sacude al Frente de Todos, es bastante más complejo que un convite a un acto protocolar, de carácter simbólicamente fuerte, pero que no va a cambiar el curso de la historia, ni siquiera en los próximos meses.

El enojo, nunca fue admitido en público por los protagonistas y de lo privado no hay testimonio. Este es apenas un terreno fértil para las especulaciones informativas, que en ocasiones son alimentadas desde las propias usinas de los dirigentes, que revolean off como agua en el desierto y ante la ausencia de noticias son convertidos en palabra indiscutible.

Desde lo meramente formal, la palabra oficial la tuvo la propia vocera presidencial, cuando en su conferencia de los jueves aseguró: “me dijo que jamás dijo nada de todo eso, que es una locura».

Gabriela Cerruti afirmó que «es todo un invento periodístico. El ministro dice que nunca dijo nada de todo lo que salió. Si tiene algo para decir, lo dirá. Nosotros no vamos a especular».

La funcionaria, de lo que en la jerga se denomina en la línea de Alberto, aseguró que para el Gobierno no es un tema «porque le preguntamos y dijo que no tenía nada que ver ni había dicho lo que salió en los medios”.

Si Cerruti dice la verdad y Wado no la corrigió, entonces la única conclusión posible es que se trata del relato verídico de los hechos. O dicho de otro modo, de cómo los interlocutores a veces sobreactúan las defensas.

Pero eso ya no constituye parte del hecho central que fue el hilo narrativo desde el jueves en adelante, y que de acuerdo a la línea de Cerruti y al silencio de Wado no existió: el enojo del ministro por su ausencia al acto de parte de los organismos de Derechos Humanos con Alberto y el presidente de Brasil, Lula Da Silva, que por esas horas del lunes estaba en visita oficial en Buenos Aires, en la víspera de su participación en la VII Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac).

Entonces, despejada la X del enojo de Wado como factor de la tensión política, hay otros elementos centrales. Por ejemplo, el rol de los mencionados interlocutores como fue el caso de la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, y de la presidenta del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout.

La funcionaria nacional, acaso apenas haciéndose eco de los rumores o con una información distinta a la que maneja Gabriela Cerruti, señaló este viernes que “es buen momento para que el ministro De Pedro pueda aclarar si esto ocurrió o no porque ponen en boca de él alguna situación como falta de códigos. Si hay falta de códigos en todo caso es en referencia de quiénes son parte de un Gobierno y critican al Gobierno”.

De nuevo, opinión sobre trascendidos.

La respuesta a Tolosa Paz, mediante una publicación en su cuenta de Twitter, llegó de la mano de Saintout, «Atacar a @wadodecorrido pensando en la campaña electoral propia es lo más antiperonista que hay. @vtolosapaz primero la patria, después el movimiento y por último las personas, te lo repito porque parece que nunca lo entendiste».

Los ecos de ese debate, se insiste con la idea, con eje en algo que no fue un hecho público expresado por su propio protagonista, remiten también a la disputa que supieron mantener Tolosa Paz y Saintout por la candidatura a la intendencia en la ciudad de La Plata. Donde hubo internas, tuiteos quedan.

Las obligaciones

De todos modos, en política los gestos valen y dentro del reglamento (a veces también por fuera), está todo permitido. Además, siempre se puede apelar al silencio, al dejar hablar a otros por uno y dejar correr las versiones.

Algunos de esos elementos, sin dudas, están utilizando tanto el Presidente como el Ministro. Los dos sabe, como abogados y políticos, el valor de ciertas estrategias.

Si Alberto quiere ser candidato a su reelección está obligado a convencer a propios y extraños. En principio dentro del Frente de Todos y luego, si se da la ocasión, como aspirante a revalidar su mandato, frente a las otras fuerzas políticas.

Pero esa búsqueda del convencimiento de los otros implica algún grado de demostración de poder. En ese sentido, si el enojo de Wado realmente existió, se puede leer como que si Alberto lo dejaba afuera de un acto le demostraba de ese modo su determinación de ejercer el poder. Para ser candidato es necesaria esa cualidad, propia o transferida.

Del lado del ministro, que alguna vez puso su renuncia a disposición en el marco de la crisis desatada por los resultados electorales de 2021, su demostración de poder, condición para erigirse como candidato, en la línea de las hipótesis de nombres que se barajan, pasa por mostrar su enojo, o dejarlo trascender. ¿Cómo alguien que puede ser candidato va a ser dejado afuera de una actividad justamente en el ámbito de los Derechos Humanos? Sobre todo con la historia de Wado, cuyos padres están desaparecidos desde la dictadura y cuya militancia comenzó con la fundación de Hijos en la década del noventa.

Gracias Aptra: Wado con Luis Barrionuevo y Guillermo Montenegro

A esta altura nadie sabe a ciencia cierta los nombres que pueden ocupar la principales casillas de la carrera electoral. Al fin y al cabo, el año recién comienza y hay tiempo hasta junio para generar una o más fórmulas para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), que serán en agosto.

Pero Alberto y Wado saben que tienen que mostrarse en carrera este tiempo. Es parte de las obligaciones. Aunque por las razones que fuera, si la materia termine mal y hay que recursarla, no será en el próximo cuatrimestre, sino de acá a cuatro años.

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