Bolivia: El MAS aspira a ganar en Santa Cruz de la Sierra

El próximo domingo 7 de marzo el pueblo de la República Plurinacional de Bolivia afrontará nuevos comicios por tercera vez en los últimos tres años. En esta oportunidad se trata de elecciones subnacionales, para designar a los líderes regionales y municipales que gobernarán por el siguiente lustro. La disputa fuerte está en La Paz y Santa Cruz de la Sierra, ciudades clave para el Movimiento al Socialismo (MAS) y que necesita ganar para mantenerse a flote. La nueva contienda se da en un escenario marcado por tensiones políticas, crisis económica y pandemia.

Según una encuesta a la que accedió Informe Político en exclusiva, el escenario en Santa Cruz de la Sierra sería parejo entre el candidato del MAS, Mario Cronenbold, y el de CREEMOS, Fernando Camacho. Ambos irán por la gobernación de esta codiciada gran ciudad, y esta paridad se puede leer como una muy buena noticia para el partido moralista, ya que el esfuerzo por ganar dicho territorio sería menor que en elecciones anteriores.

Es que Santa Cruz de la Sierra es la urbe más poblada de Bolivia y el principal centro industrial y petrolero; es donde -además- se concentra la mayor cantidad de ciudadanos de clase media y media alta, y uno de los lugares en los que el MAS perdió en las presidenciales de 2020. El rechazo hacia el partido moralista suele ser muy alto en esta zona. Sin embargo, es de destacar que al MAS le ha ido, históricamente, mejor en las urnas que en las encuestas.

Otro dato a resaltar es que la expresidenta del Senado, Adriana Salvatierra, acompaña la boleta del Cronenbold, en busca de la alcaldía de Santa Cruz, con altas chances de ganar, al menos en las lecturas preliminares.
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Elección tras elección

Este es el tercer año consecutivo en el que el país andino desplegará el sistema electoral: luego de la votación general de 2019 -que arrojó un Evo Morales ganador pero desgastado-, y una vez superadas las presidenciales de 2020 -que lo trajeron de vuelta al escenario político local-, durante la primera semana de marzo los y las bolivianas elegirán gobernadores, asambleístas departamentales y alcaldes.

Bolivia se configura como un país unitario, dividido en nueve departamentos, 112 provincias y 342 municipios. Además existen tres departamentos autónomos, 24 municipios autónomos y tres municipios indígenas originarios campesinos; finalmente también una región autónoma. De todos estos, las áreas mayormente requeridas son las grandes ciudades, donde el MAS, no siempre sale favorecido.

En ese sentido, el cargo más disputado y por el cual se generan mayores controversias es el de gobernador, figura con la cual, junto a la asamblea legislativa departamental, se reconfigurará el escenario político nacional. Al menos, por los siguientes 5 años, periodo que dura la vigencia de cada puesto.

¿Dónde radica la importancia de ganar esta elección? Principalmente en dos frentes. Por un lado y para el MAS, el de volver a mostrarse como un partido fuerte, renovado y difuminar, así, los rumores de rupturas. Por su parte para la oposición, que se presenta dividida pero de la mano de Comunidad Ciudadana (CC) -con Carlos Mesa a la cabeza- y Creemos, de Fernando Camacho, el objetivo es quitarle terreno al oficialismo.

La situación política en Bolivia

Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales que lo mantuvo 14 años a cargo de la presidencia boliviana, se vio atravesado por algunas fisuras en su interior. Hace unos meses corrió el rumor de que el ex ministro de economía y ahora presidente, Luis Arce, buscaba distanciarse del líder aymara. «Evo no tendrá ningún papel en nuestro Gobierno», aseguró Arce poco antes de asumir la jefatura de gobierno que alcanzó con el 52% de los votos..

Se habla también de necesidad de nuevos rostros, que lleguen para darle frescura a las repetidas figuras que se intercalan las candidaturas desde los inicios del MAS. El partido de Evo suele vencer en las localidades pequeñas pero le resulta complicado hacerse del poder en lugares clave como las metrópolis, donde el voto se inclina más hacia la centroderecha. Por eso resultan tan alentadores los datos que arroja la encuesta a la que accedió este portal

Durante el referéndum invocado en 2016 para sondear la imagen de Evo y evaluar una posible re-re-re elección, fue en dichos espacios, justamente, en los que se generaron mayores rechazos, inclinando la balanza del plebiscito hacia un “no”, avalado por el 56% de las personas.

Ese referéndum parece ahora muy lejano, sobre todo si se tiene en cuenta todo lo ocurrido desde entonces. Elecciones en 2019, revueltas y malestar social, fallecidos, acusaciones de fraude, dimisión del cargo y exilio de Evo, asunción de Jeanine Áñez, respaldada por el Tribunal Constitucional, nuevas elecciones, nuevo presidente. regreso de Morales al país y elecciones una vez más. Todo eso en apenas tres años.

Un dato de color pero que no se puede dejar de mencionar es que Áñez, que había prometido solo un interinato, se postuló como candiata a presidenta en 2020, aprovechando un momento de imagen positiva. Sin embargo, unas semanas después dio de baja su candidatura.

Mucha agua bajo el puente aymara. De todas las rupturas que hubo al interno del MAS, la que mayor revuelo causó fue la de Eva Copa, la ex presidenta del Senado. Copa se inscribió como candidata a la alcaldía de El Alto, por el partido Jallalla La Paz, lo que desde su anterior grupo político fue tomado como una deshonra costándole la expulsión del mismo. Es que justamente El Alto es uno de los lugares en los que el MAS se mueve con mayor nivel de apoyo y, por ende, de manera cómoda.

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