Después de que durante toda la tarde de ayer circularan rumores sobre su posible renuncia, el Jefe de Gabinete Marcos Peña salió a negar cambios en el Gabinete de ministros y descartó que la corrida cambiaria de ayer, que llevó el dólar casi a 35 pesos y disparó el riesgo país, implique un “fracaso” del modelo económico oficial. Después de la desmentida del FMI sobre el acuerdo anunciado por el presidente Mauricio Macri y ratificado por el ministro de Economía Nicolás Dujovne, también debió reconocer que por el momento el adelanto de fondos para 2019 es apenas «una intención».
En diálogo con Radio Mitre, Peña descartó que la corrida cambiaria de ayer vaya a implicar cambio de funcionarios: “Claramente esa no es la solución en la que está pensando el Presidente. No hay una solución mágica por esa vía, tenemos que seguir trabajando. No estamos ante un fracaso económico ni mucho menos”. Y luego detalló: “El fracaso en la Argentina es que siendo uno de los países potencialmente más rico del mundo tiene un 30% de pobreza. Nosotros vemos esto como parte de un proceso de recuperación en un contexto de enormes dificultades estructurales”. “Para nosotros no es un fracaso, es un proceso de transformación, una recuperación en un contexto de enormes dificultades mundiales. El desajuste estructural es el fracaso, que recibimos en diciembre de 2015 y estamos tratando de resolver”, remarcó.
Aunque a la mañana el presidente Mauricio Macri salió a anunciar que ya estaba cerrado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para adelantar los fondos del crédito stand by de 50.000 millones de dólares que Argentina necesitaría para cubrir sus necesidades financieras durante 2019, lo que luego fue ratificado por el ministro de Hacienda y Finanzas Nicolás Dujovne en una improvisada conferencia de prensa por la tarde, esta mañana Marcos Peña aclaró que el jefe de Estado anunció “una intención” de trabajar en ese sentido con el Fondo. Y añadió: “Fue una decisión del Presidente la de transmitir eso en forma directa y no a través de trascendidos. Es una decisión política que se toma y que se va a traducir en las próximas semanas con los detalles técnicos”.
Más allá de las pésima coordinación de la comunicación oficial, el cambio de discurso probablemente también tenga que ver con que durante la noche del miércoles el FMI emitió un comunicado con la firma de su titular Christine Lagarde confirmando las conversaciones con Macri y respaldando al Gobierno, pero sin hacer mención alguna al acuerdo para adelantar los fondos. El texto comienza planteando: “El presidente Macri y yo mantuvimos una conversación productiva hoy. Indicó su deseo de trabajar para fortalecer las políticas que sustentan el Acuerdo Stand-By con el FMI”. Pero luego aclara: “Recalqué mi apoyo a los esfuerzos de política de Argentina y nuestra disposición a ayudar al gobierno a desarrollar sus planes de política revisados. He dado instrucciones al personal del FMI para que trabaje con las autoridades argentinas a fin de fortalecer el acuerdo respaldado por el Fondo y reexaminar la fase del programa financiero. He acordado que nuestro objetivo sería llegar a una conclusión rápida de estas discusiones para presentarlo a nuestra Junta Ejecutiva para su aprobación”. Es decir que lo anunciado como un hecho por Macri y Dujovne en el día de ayer, es apenas una posibilidad que todavía debe ser discutida y aprobada por el organismo financiero.
Peña, por su parte, volvió a recurrir a la estrategia comunicacional de la pesada herencia, asegurando que siempre que hubo una crisis económica y política en el país se recurrió a soluciones mágicas que fueron pulverizando la credibilidad de la Argentina, pero que ahora es distinto: “En estos dos años y medio revertimos eso en base a la credibilidad de Macri como presidente. Pero evidentemente los mercados además de eso quieren ver cosas concretas y estamos trabajando en eso”. “Vamos a mostrarles que hay un rumbo claro y un liderazgo que no se esconde frente a estos problemas, por el contrario, los encara y resuelve”, concluyó, optimista.
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