Formosa: Aráoz reivindica la decisión de terminar el Centro de Medicina Nuclear y recuerda los «castigos» del macrismo

Entrevista de Juan Pablo Kavanagh

Desde Informe Político dialogamos con Julio Aráoz, secretario de Ciencia y Tecnología de la provincia de Formosa, quien a partir de la decisión del gobierno de Gildo Insfrán de terminar con fondos propios el crucial Centro de Medicina Nuclear y Radioterapia en la capital provincial, cuyas obras habían sido interrumpidas arbitrariamente durante la administración nacional de Cambiemos, reconstruye toda una historia de “castigos” que la gestión del ex presidente Mauricio Macri llevó adelante contra esta provincia. Las obras del Centro de Medicina Nuclear, que se interrumpieron en 2018, gracias a los obstáculos impuestos por la administración del ex presidente Mauricio Macri, que por divergencias políticas frenó el avance de numerosos proyectos de obra pública que hubieran beneficiado a la población formoseña, según denunció el funcionario.

Para Aráoz, el caso del Centro de Medicina Nuclear “es un botón de muestra” de estas prácticas de “castigo” político de la administración central contra las provincias de distinto signo político. El centro iba a ser uno de 13 que iban a construirse en distintas regiones del país “para darle mayor equidad al acceso de la gente” al tratamiento no sólo oncológico sino también de patologías cardiovasculares, neurológicas y otras. Una obra clave, porque desde Formosa debían enviarse a la gente a tratarse a Buenos Aires o a Mendoza.

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El funcionario recuerda que para 2015 “teníamos bastante avanzada la obra, la obra civil arriba de un 75%, la totalidad del equipamiento adquirido, con 23 millones de dólares de equipamiento almacenado, salvo uno que lo fabrican en Estados Unidos y lo entregan cuando está el centro terminado, que también estaba totalmente pagado”. Pero en 2018 este proceso “se cortó”, no sólo por la corrida inflacionaria de fines del gobierno de Macri, que obligó a numerosas “redeterminaciones de obra”, sino también por “la decisión del presidente del entonces presidente Macri y de su ministro Juan José Aranguren de sacar a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) del medio”. La CNEA era un importante “socio tecnológico”, quien iba a “ayudar a hablar con proveedores, a mejorar con tecnología, para tener un área de investigación, hacer interconsultas, diagnósticos, etc,”.

El objetivo de construir una red federal de centros de medicina nuclear finalmente se concretó sólo en algunas provincias y el de Formosa va a ser uno de los primeros del norte del país, por lo que el gobierno de Insfrán decidió continuar con la obra “con fondos propios”, también reconstruyendo la relación con la CNEA, más allá de que desde el Gobierno nacional le hubiera “dado la espalda” a la provincia, “porque el país no se puede permitir perder ese concepto de red”. Y hoy ya se está por “habilitar el área de radioterapia”, ratifica Aráoz.

Luego explica: “Hay mucho por hacer todavía, pero en el caso formoseño, además del Centro de Medicina Nuclear, hay mucha obra pública que fue neutralizada, porque ese fue el término oficial que aparecía en los famosos Excel del macrismo, que las sacaba del calendario de presupuesto y cancelaba todo. Inclusive a las que estaban empezadas les cortaban los fondos y las mandaba a la cuenta del olvido. Eso fue lo que pasó. Llegamos a tener 50 y tantas obras, con todo cuantificado en relación a en qué momento se interrumpieron, el daño que provocaron y lo que costó reactivarlas y en algunos casos ampliarlas”.

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En este sentido, denuncia que esta lógica política muestra, con pruebas “debidamente documentadas”, “lo que significó el macrismo en nuestra provincia, con un castigo sistemático y permanente”. Reivindicando la importancia del cambio de gestión nacional, ratificó que “después de diciembre de 2019, con mucha gestión se ha logrado reactivar todo lo que había detenido el macrismo e incorporar obras nuevas”.

Uno de los ejemplos claros de la política de castigo fue el de la planta potabilizadora de la ciudad formoseña de Clorinda, la segunda ciudad más importante de la provincia, que “tenía financiamiento internacional, con los contratos firmados, las licitaciones adjudicadas y las empresas trabajando”. Aráoz recuerda que las licitaciones para este proyecto crucial se hicieron durante el gobierno de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con financiamiento internacional, por lo que no “hubiera debido existir ningún tipo de problemas”. “Pero cuando nos quisimos dar cuenta la obra estaba parada”, remarca.

Aráoz detalla que en la primera visita de Macri a Formosa como presidente, en 2018, hizo una serie de promesas respecto de “la importancia que le iban a dar al plan Belgrano” (además recuerda que “es un video muy difundido porque fue cuando se le cayó la bandera en la cabeza, que mucha gente lo toma como un meme de «qué mentiroso que sos»). Y agrega: “Pero pocos meses después se interrumpió la obra y la empresa se fue. Lograr los arreglos para retomar esos contratos caídos, teniendo en cuenta que hay organismos internacionales que financiaban esa obra dentro de un plan de obra pública y saneamiento en nuestro país, requirió mucho esfuerzo, una arquitectura jurídica para eliminar un montón de litigios, arreglar con las empresas”. Luego reconoce que una obra se puede frenar por falta de dinero, pero en este caso no tenía sentido porque el financiamiento estaba.

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Otro ejemplo que pone Aráoz en cuanto al freno de obras públicas clave para la provincia por decisión nacional es el de la Ruta 11, para la que “había también empresas contratadas a las que dejaron de pagarle e interrumpieron las obras”. Al respecto, añade: “A veces es preferible que no hagas nada y no interrumpir cuando se estaba poniendo la capa superior del asfalto, porque se convierte en un suelo lunar, puro cráter”. Y denuncia: “Y eso ha costado vidas. Perdió la vida la hija de un gran amigo mío en un accidente. Porque interrumpieron obras en lugares donde era una barbaridad hacerlo, donde se tornaba altamente peligroso”.

Entre una “larga lista” de ejemplos posibles, Aráoz concluye recordando el caso del gasoducto que “se interrumpió con obras licitadas, faltaban tan sólo dos kilómetros e igual se interrumpió en mi provincia”. “No encuentro adjetivos y no quiero utilizar malas palabras para describir lo que ha sucedido”, remarca.

Y concluye: “Por suerte nosotros, que somos optimistas por naturaleza, estamos celebrando no sólo que mejoramos nuestros indicadores en pandemia sino que podemos tener de nuevo laburo, restablecer obras, recuperar viviendas, caminos y licitar nuevas. El caso de Formosa es paradigmático respecto de lo que significa el castigo, de lo que implica venir con una locomotora de frente y tratar de pasarte por arriba a como dé lugar. Y eso es lo que pasó acá”.

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