Este miércoles la Ciudad no presentó sus informes sobre contagios de coronavirus, tal como lo venía haciendo diariamente hace semanas. La explicación oficial fue la introducción de un cambio en la forma de discriminar los casos, que además volvieron a alcanzar un pico de contagios, superando los 500 diarios, mientras que desde el Gobierno porteño siguen avanzando con medidas de flexibilización de la cuarentena.
El récord de contagios de este martes fue de 505 casos, el más alto desde el inicio de la cuarentena. Pero además el Gobierno porteño presentó los resultados con una novedosa discriminación entre “residentes” y “no residentes”, en lo que en algunos sectores se leyó como una respuesta a los ataques de los funcionarios provinciales, que en los últimos días volvieron a criticar la estrategia aperturista de CABA.
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En el último parte porteño, entonces, se informa de 505 cinco casos, pero no se hace referencia al récord gracias a la nueva discriminación, que divide por un lado a los 403 residentes de los 102 no residentes en la Ciudad. En el mismo sentido, este informe iba a confirmar el cruce simbólico del límite de los 10 mil contagiados, pero gracias a la nueva metodología se informó que hay 8.898 casos porteños y 1.735 “no residentes”, lo que totaliza 10.633. Una cifra mayor que aparece enmascarada por el recurso estadístico de ya no presentar a los “no residentes” como un subgrupo del total sino de forma separada.
Según fuentes del Gobierno porteño, muchos de estos “no residentes” son habitantes del conurbano bonaerense, que “prefieren venir a testearse a la Ciudad y, cuando dan positivos, quedan internados en hospitales u hoteles de CABA”. El dato no es menor, considerando que en los últimos días volvió a incrementarse la tensión entre ambos distritos por las críticas bonaerenses a la “oxigenación” de la cuarentena porteña mientras que en provincia incluso evalúan retornar a la fase 2 de cuarentena, con aún más restricciones.
La decisión de flexibilizar la cuarentena en CABA no debe entenderse aislada de la presión de los propios ciudadanos, a la que siempre es muy sensible el gobierno porteño. En una reciente encuesta encargada por el GCBA se constató que el 58,2% de los habitantes de la ciudad se muestra de acuerdo con que “la cuarentena continúe pero con más excepciones” y un 78,5% pide la “apertura de nuevos comercios”.
