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La Secretaría de Deportes de Mac Allister subsidia a clubes millonarios y no a los de barrio

Desde la asunción de Carlos Mac Allister al frente de la Secretaría de Deportes de la Nación ya se han entregado más de 250 millones de pesos en subsidios a clubes que no tienen problemas económicos y se enfocan en deportes de elite como el golf o el yachting, pese a que se otorgan dentro del Régimen de Promoción de los Clubes de Barrio y de Pueblo. También se puede apreciar un claro direccionamiento de los fondos a distritos con administraciones de Cambiemos y cientos de auténticos clubes de barrio siguen a la espera de alguna ayuda oficial, ahogados por el brutal aumento de costos por el tarifazo y el retroceso en el pago de las cuotas sociales.

Según explica Gustavo Veiga en el artículo publicado hoy en Página 12, la ley 27.098 apunta al “fomento, estímulo y promoción de las actividades deportivas, sociales y culturales de índole barrial” y “la promoción y la práctica deportiva de carácter no profesional, y la realización de actividades sociales y culturales, atendiendo el bienestar de los asociados”, pero bajo la gestión Mac Allister de la Secretaría de Deporte, Educación Física y Recreación, directamente dependiente del Ministerio de Educación de Alejandro Finocchiaro, parece haberse torcido claramente esta orientación legal para favorecer a clubes y emprendimientos que no tienen problemas de autofinanciamiento (clubes de fútbol profesional o con ingresos millonarios) e incluso a instituciones ajenas al ámbito deportivo como el Consejo de Ciencias Económicas de San Juan o la Asociación Santiagueña de Paintball.

Entre los casos citados, se enumeran el caso del Córdoba Golf Club, de Villa Allende (capital nacional del golf y municipio conducido por el histórico golfista Eduardo “Gato” Romero, integrante de Cambiemos), que cuenta entre sus socios a millonarios como Aldo Benito Roggio y organiza anualmente el Abierto del Centro de la República con el auspicio de empresas como OSDE, Coca Cola y el propio Grupo Roggio, con premios de hasta tres millones de pesos. Por la entrega de estos subsidios también se encuentra denunciado otro referente del deporte cordobés, el ex árbitro y actual diputado PRO Héctor Walter “La Coneja” Baldassi, a quien se investiga por presunta malversación de caudales públicos.

Otro club de golf que recibió subsidios destinados a clubes de barrio es el Mar del Plata Golf Club, que organiza la Copa Chivas Regal y cuenta con millonarios adherentes como el dueño del diario La Capital Florencio Aldrey. También fueron beneficiados el Yacht Club Olivos, el Náutico Mar del Plata, la Asociación Argentina de Surf, el Mendoza Tenis Club y el Huarpes Polo Club de San Juan, entre otros.

Jujuy, provincia gobernada por el aliado radical Gerardo Morales, también parece haber sido objeto de beneficios especiales, ya que desde la asunción de Mac Allister sus clubes recibieron más de 12 millones de pesos.

El ex secretario de Deportes Claudio Morresi cuestionó fuertemente la política llevada adelante por Mac Allister: “Nosotros acompañábamos con nuestra política a clubes que pertenecían o le daban contención a sectores muy sensibles de nuestra sociedad. No les dimos subsidios ni a la empresa deportiva de Mac Allister (el club que lleva su apellido y tiene la sede en La Pampa, de donde el funcionario es oriundo) ni a ningún club que sea solvente económicamente y que no necesite del Estado. Nunca les entregamos subsidios a clubes a donde concurre la clase media alta ni la clase más pudiente porque este programa no nació para eso. Y si ahora se está haciendo, demuestra que este gobierno ayuda a los ricos y no a quienes debería”.

Mientras tanto, los verdaderos clubes de barrio siguen en lista de espera y se les exigen requisitos imposibles para poder acceder a algún tipo de financiación estatal que les permita afrontar el estado de crisis acelerada que viven desde la asunción de Mauricio Macri, atrapados en  una ecuación que no cierra por ningún lado, entre un tarifazo de servicios que en algunos casos superó el mil por ciento y una tendencia a la desafiliación y al no pago de las cuotas sociales por parte de socios que no paran de perder poder adquisitivo.

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