Macri y Rajoy impugnan las elecciones venezolanas e ignoran a un candidato opositor con chances

Además de su común profesión de fe liberal en términos económicos, otro tema unió al presidente argentino Mauricio Macri y al jefe de Gobierno español Mariano Rajoy en su reciente visita oficial al país: su posición respecto de Venezuela. Macri anticipó que desconocerá los resultados de la elección, asumiendo un nuevo triunfo del chavismo e ignorando que, por lo menos según una encuesta reciente, ha aparecido un candidato opositor con posibilidades de derrotar al oficialismo.

Durante la conferencia de prensa conjunta de este martes en la Casa Rosada, Macri dio por sentado un nuevo triunfo del actual presidente chavista Nicolás Maduro en el inminente proceso eleccionario venezolano, a realizarse el mes próximo: “No vamos a convalidar el resultado electoral de mayo. No tiene ningún valor esa elección. Por más que el señor Maduro me insulte, no lo vamos a reconocer como un presidente democrático porque hace rato que no hay democracia en Venezuela”. Rajoy inmediatamente hizo pública su adscripción a esas definiciones políticas que fueron consideradas como injerencistas por sectores del chavismo.

El país de la revolución bolivariana se acerca a un nuevo período eleccionario el próximo 20 de mayo en medio de una grave crisis económica que, entre otras cosas, llevará a un nueva devaluación que le quitará tres ceros a la moneda nacional. Desde la oposición más radical al gobierno de Maduro se afirma que el proceso electoral de mayo no brinda garantías de equidad y se ha llamado al boicot contra el mismo, lo que iría en la línea de lo manifestado por los mandatarios argentino y español.  También Julio Borges, referente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), proclamó desde París durante una gira por Europa: “Nuestro clamor más importante es que el mundo no reconozca las elecciones. Queremos elecciones libres en Venezuela, queremos elecciones de verdad, y lo que está planteado el 20 de mayo son unas elecciones en las cuales es imposible participar porque los candidatos o están presos, o están inhabilitados o están en el exilio”.

Pero en el contexto de una oposición venezolana dividida y fragmentada por las disputas internas (Acción Democrática de hecho decidió no participar de las elecciones), ha aparecido un sorpresivo candidato que podría canalizar el descontento contra la grave situación política y económica del país. Henri Falcón, un ex militar y abogado proveniente del chavismo, decidió alejarse de la alianza opositora e inscribir su candidatura presidencial por su propio partido. El hoy candidato opositor fue parte de la fundación del Movimiento Bolivariano junto a Hugo Chávez en 1994 y en 1997 ingresó al Movimiento V República, también fundado por el comandante Chávez. Las diferencias con el chavismo sin embargo se fueron acentuando durante su mandato como alcalde del municipio de Iribarren, cuando llevó adelante un ambicioso plan para un nuevo sistema de transporte, luego investigado por Chávez por presuntas irregularidades y denunciado por Maduro. Así y todo triunfó como gobernador de Lara con en 2008 como candidato del PSUV. En 2010 rompe con el partido oficialista, al que acusa de “desvíos autoritarios”, se integra a Patria Para Todos (PPT) y dos años más tarde funda su propia organización, Alianza Progresista, con la que resulta reelecto en 2013.

Una reciente encuesta de la consultora Datanálisis, difundida por el mismo candidato, asegura que entre quienes se declaran “muy seguros” de votar las elecciones de mayo, Falcón supera a Maduro por 41,4% a 34,3%. Más allá de lo novedoso del dato, es necesario considerar que la encuesta fue realizada a pedido de Falcón, que fue difundida por su partido y que el titular de la encuestadora es Luis Vicente León, un reconocido opositor al chavismo.

La encuesta también señala que el 66% de los consultados considera que la situación de Venezuela es mala o muy mala, mientras que otro 9,1% la define como “regular hacia mala”. El dato finalmente más relevante será, sin embargo, el nivel de participación en los comicios ya que hay que contar con la enorme capacidad movilizadora del chavismo, ya demostrada en pasados procesos electorales.

Las dudas y diferencias que atraviesan a la oposición venezolana, impidiéndole presentar una opción de poder unificada, parecen también trasladarse a la arena internacional, en la que conspicuos voceros en contra de la llamada Revolución Bolivariana como Macri o Rajoy han decidido apoyar explícitamente al sector más radical de la oposición en el país, que impugna el próximo proceso electoral, en vez de sostener al primer candidato en mucho tiempo que parece contar con algunas posibilidades de derrotar al chavismo por la vía electoral y no a través del golpe de estado, la guerra económica o la desestabilización callejera, como ha venido sucediendo en los últimos años.

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