Macri vs UCR, una pelea de fondo sin resolución a corto plazo

Loss cruces entre Mauricio Macri y Gerardo Morales desnudaron un conflicto entre el ex presidente y la UCR que tieen su origen desde 2017 por lo menos y que no tiene una resolución en el corto plazo dentro del esquema de Juntos por el Cambio.

Los distintos sectores del radicalismo nunca estuvieron conformes con el lugar que Macri les brindó en el Gabinete y con la reforma previsional que encaró Cambiemos quedaron al descubierto diferencias que se acrecentaron en 2018, año de crisis total para la gestión, con una fuerte devaluación y un acuerdo con el FMI que permitió la marcha de la administración con fisuras.

En ese contexto, Martín Lousteau, Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, los popes de las boinas blancas, se encargaron de marcar divergencias en público y en privado con el ex presidente, con una conclusión: Macri «no escucha, solo se ampara en su círculo íntimo conformado por peña, Lopetegui y Quintana», expresaron en distintos tonos.

2019 fue otro año que encontró a la UCR y al líder del PRO por carriles diferentes: el centenario partido apostó a colar a uno de sus dirigentes en la fórmula, algo que Macri vetó y eligió a Miguel Pichetto, un trago que referentes radicales no digieren. Todavía hoy un diputado lamenta la decisión del ex presidente al seleccionar a un dirigente «sin votos ni estructura territorial, ligó un premio muy grande».

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Con el cambio de timón en la Casa Rosada, distintas tribus radicales coinciden en que parte del fracaso de Cambiemos se debió a «un Macri obcecado» que «nunca se dejó ayudar». Para colmo, como le señala un gobernador de la UCR a IP, «nunca realizó una autocrítica a fondo y está convencido de que puede volver a ser presidente».

Radicales porteños que se encuentran bajo el ala de Lousteau coinciden y agregan que el ex Jefe de Estado «no acepta la realidad y que su tiempo ya pasó». Justamente, indican eso en momentos en los que Macri aprieta los dientes y apuesta a ser el gran elector de la coalición opositora, un deseo que choca con la UCR, la Coalición Cívica y Horacio Rodríguez Larreta, que aumenta diálogos con el centenario espacio y apuesta a tener en su fórmula presidencial a un dirigente con estirpe boina blanca.

Los dardos de Gerardo Morales

Una crítica a Hipólito Yrigoyen fue el disparador para que Gerardo Morales fustigue a Macri a través de Twitter esta semana. «Vivir de la grieta no es el camino, menos aún generar otra grieta en JxC atacando a la UCR como lo estas haciendo últimamente. No es momento de peleas entre políticos. Estamos frente a una situación muy difícil para el país y para los argentinos», dijo el radical al iniciar el hilo de tuits dirigido a «estimado @mauriciomacri”.

Siguió entonces, el gobernador, explicando que «el camino es la tolerancia y el diálogo, atributos que nos exige la sociedad a quienes tenemos responsabilidad política. Los mismos atributos que hasta hace poco reivindicabas de Hipólito Yrigoyen, un estadista como pocos» y que «no puedo dejar pasar tu última descalificación sobre quién fue el primer presidente electo por el voto popular, dejando atrás décadas de fraude y corrupción». Entonces el jujeño describió que Yrigoyen fue quien inauguró la democracia en la República Argentina, que fue el primer presidente democrático derrocado por el primero de muchos golpes de Estado que sufrió nuestro país el siglo pasado,»hecho histórico indiscutible que, supongo, vos y yo repudiamos», sostuvo el radical.

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También el titular de la UCR señaló que «Yrigoyen creó YPF, orgullo de los argentinos, construyó más escuelas que cualquier otro presidente, instituyó el guardapolvo blanco reafirmando el principio de la igualdad y el fortalecimiento de la Educación Pública. Logró jornada laboral de 8 horas y prohibió la explotación laboral». Morales además repasó que en el mandato de Yrigoyen «se conquistó también la Reforma Universitaria, que consagró una herramienta de movilidad social inédita que hoy se sigue reconociendo a nivel mundial: la Universidad Nacional abierta, para orgullo del pueblo argentino que te tocó gobernar». Así Morales abundó en materias que sabe no son compartidas por figuras políticas como la de Milei.

Luego, continuando con sus mensajes, el jujeño apuntó directamente al motivo de la discordia, diciendo que «denigrar la figura histórica de quien entregó su vida a la obra de una mejor Argentina es además hacerle daño a nuestra propia historia de país» y que «veo que lejos de asumir tu posición histórica y de posicionarte por arriba de las mezquindades políticas para servir como actor en un espacio de construcción para el bien del país, estás sucumbiendo a la tentación de subirte a modas efímeras que solo acarrean más destrucción».

 

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